Quien fuera primera figura de la danza en el mundo es el actual director artístico de la compañía uruguaya. Llegó el miércoles a nuestro país para mostrar el trabajo de estos dos últimos años. El lunes y martes se presentarán en el Teatro Nescafé, tras un paso por Temuco y Frutillar.
Julio Bocca (45) se retiró de los escenarios el 2007, con un multitudinario show que reunió a miles de personas frente al Obelisco, en Buenos Aires. El argentino -considerado por muchos como el mejor bailarín del mundo- se tomó entonces un tiempo para descansar. Se mudó a Uruguay y hace dos años aceptó hacerse cargo del Ballet Nacional del Sodre, fundado en 1935. Ahora regresa a Chile, en calidad de director de la compañía, para mostrar el trabajo que ha venido haciendo desde el 2010.
El Ballet del Sodre -que continuará su gira por Latinoamérica y EE.UU.- se presentará hoy en el Teatro Municipal de Temuco; el sábado en el Teatro del Lago (Frutillar) y el lunes y martes llegará al Teatro Nescafé de las Artes, con una presentación distinta cada día.
"Es la primera vez que el Ballet viene a Chile, en su historia. Así que es un gran evento para nosotros tener la posibilidad de no sólo presentarnos en la capital sino que llevar este arte a diferentes personas del país", opina Bocca en el aeropuerto, antes de viajar al sur.
Aunque hubo conversaciones con el Teatro Municipal, no se llegó a un acuerdo por diferencias de agenda, pero Bocca espera que "en un futuro podamos ir. Sería lindo para los chicos que lo conozcan y como currículum es muy bueno".
El repertorio del show será bastante variado. Incluye desde clásicos como "Sueño de una noche de verano" y "El lago de los cisnes" hasta piezas contemporáneas como "Without word", de Nacho Duato, y "Tango & Candombe", de Ana María Stekelman.
"No tengo una filosofía de cómo armar un espectáculo. Me gustan estas obras y creo que en la variedad está el gusto", confiesa la estrella de la danza.
"Es también una forma de que la gente vea a la compañía en distintos estilos, clásico, contemporáneo, tango. Hemos tenido la posibilidad de trabajar con material de coreógrafos muy buenos como Vicente Nebrada y Oscar Araiz. También hay creaciones propias como «Tres hologramas», de Martín Inthamoussú, con música compuesta por Jorge Drexler".
-¿Cómo se dio esa colaboración?
-A Jorge no lo conocía personalmente, pero su trabajo me gustaba mucho. Y recién había ganado el Oscar, así que me dije: "Bueno, esto es perfecto". Me comuniqué con él, le pasé la idea que me interesaba para el ballet. Le fascinó, fue un desafío también, ya que él nunca había hecho nada parecido. Después busqué un coreógrafo. Había podido ver el trabajo de Martín en Uruguay. El también trabaja en el extranjero, así que conoce el trabajo de disciplina y ensayo que vine a proponer a la compañía.
"La danza debería ser obligatoria en las escuelas"
-Tomando en cuenta todas las ofertas que recibiste después de tu retiro, ¿por qué elegiste esta compañía?
-Me fui a vivir a Uruguay y cuando me lo ofrecieron me gustó el desafío de encargarme de una compañía con una historia tan rica. Además, hay algo que siempre quise en mi vida pero que nunca pude tener porque mi carrera no me lo permitía: Salir de la casa, ir a trabajar y volver. Aquí tengo tiempo para ir al supermercado y para cosas que necesitaba hacer como humano.
-¿Y no extrañas bailar?
-La verdad que no. A veces si hay una música que me llega mucho, el cuerpo se mueve, pero no es esa locura, esa necesidad. Estoy muy contento con lo que estoy haciendo, con poder transmitir mis conocimientos. Esperemos que alguna vez en nuestros países la cultura y la educación vayan de la mano. A partir de los 7 u 8 años, el teatro, la danza y la música deberían ser obligatorios en las escuelas.
Julio Bocca tiene como prioridad establecer la base de la compañía con obras fundamentales, pero está siempre pensando en innovar con nuevas propuestas.
"Estoy en conversaciones con Bajofondo para hacer algo a futuro", confiesa. "Es que amo el tango".
-¿Es verdad que una vez te presentaste con El "Polaco" Goyeneche en voz y Fito Páez en piano? A alturas es casi un mito...
-Sí, fue un gran momento en mi carrera. El diario Clarín nos citó a los tres para ver lo que podíamos hacer. Goyeneche cantó "La última curda". Yo llegué con mi bolso y él me preguntó "¿Y Julio cuándo viene?". Le dije "soy yo" y él respondió "ah, yo pensé que eras el chico que trae las cosas". Me imaginaba imponente, con un séquito detrás. Fue una presentación maravillosa.
