En el año 1993, el chileno Francisco González se mudó a México, aprovechando una oferta laboral. "Decidí que tenía que salir de Chile si quería dedicarme al audiovisual", recuerda. Ahí trabajó en una serie de producciones hasta que, gracias a unas vacaciones, se enamoró de Costa Rica. Y se quedó.

Ahora lucha para que las películas independientes tengan un espacio en una industria principalmente orientada al cine comercial. Con su largometraje "Tr3s Marías" -que se estrenó el fin de semana en cinco salas del país pero corre el riesgo de salir de cartelera- ha tenido que pelear también contra los grandes de Hollywood. La contienda no ha sido fácil y hoy sus reclamos han desatado una discusión mediática en Costa Rica.

"Hay que competir con Blockbusters. Es que la región latinoamericana es una colonia de Hollywood. En las cadenas somos los únicos independientes versus «John Carter» y «Los juegos del hambre»", opina. "Pero quiero quedarme porque creo que estoy aportando. En Chile ya hay mucha gente aportando, como yo".

"No se pierdan esta cinta"

El esfuerzo de González ha valido la pena. "Tr3s Marías" -en blanco y negro y centrada en un grupo de marginales que asalta un restaurante chino- ha sido vista por muchos como una especie de renovación.

"Es la película costarricense que debemos ver quienes gustamos del cine de repertorio", escribió en "La Nación" el crítico William Venegas, uno de los más respetados del país. Y agregó: "Pone el dedo en la úlcera, la revuelve y nos la dispara al rostro... No se pierdan esta cinta".

"La película no tiene esa sensibilidad de televisión a la que estamos acostumbrados", apuntó por su parte José Solís en "The Costa Rica News".

El director reconoce que el enfoque de la cinta y el apego por los personajes marginales provienen de "Valparaíso mi amor", de Aldo Francia. "Me influenció mucho junto con «Cien niños esperando un tren», de Ignacio Agüero. Me marcaron y me demostraron que el cine no es sólo un acto de entretención, sino que también una herramienta que tiene que ser usada para el cambio, la denuncia".

Tan fanático es que tuvo la suerte de trabajar en un cortometraje con la recordada Sara Astica, la protagonista de la película de Francia, que vivió en el exilio en San José.