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Muñoz y Milostich, los doctores de "Vida por vida": "Es absurdo imitar a Dr. House"

Los actores, que grabaron en medio de urgencias reales, recuerdan anécdotas, como un casi accidente con Tamara Acosta. Y no vieron ni hígados ni corazones. "Pero sí hay mucha sangre y hay escenas en que nos ahogamos un poquito", dice Julio.

por:  La Segunda / Nayive Ananías G.
viernes, 23 de marzo de 2012
Vida por vida

Los actores eran asesorados por médicos que revisaban las escenas. "Cuando se reían o miraban para el lado, algo raro había".


Foto FERNANDO HERRERA

Un médico arisco que disfruta la soledad y prefiere el bajo perfil. Y otro, internista, que es todo lo contrario: seductor empedernido, pero inestable en sus relaciones.

Así son los personajes que encarnan Daniel Muñoz y Julio Milostich, respectivamente, en "Vida por vida", la esperada serie de Canal 13 centrada en la donación de órganos, que debutará el 1 de abril. Tamara Acosta y Celine Reymond también son parte del equipo.

En la ficción -con escenas en el Hospital Metropolitano y en el Hospital Clínico de la U. de Chile-, Muñoz interpreta a Samuel Vásquez, quien trabaja en un laboratorio. "Por un hecho fortuito, vuelve a ejercer la medicina, de la cual se había retirado hace tiempo producto de un secreto que se irá develando con el tiempo". Milostich, por su parte, es Alex Mackenna, "trabajólico y con mucho arrastre con las mujeres. Pero su vida privada está bastante a mal traer. El es el primer médico que recibe las urgencias".

Y advierte sobre una historia inconclusa con su colega: "Tiene un pasado de estudiante de medicina, donde tenía un gran amigo, que era Samuel. Pero pasan algunas cosas que los hace separarse por mucho tiempo".

¿Esta serie se podrá comparar con producciones estadounidenses como "Dr. House", "E.R., "Sala de Urgencias" y "Grey's Anatomy"? "En lo que más se parecen es que son de médicos, donde uno ve personajes que trabajan con temas contingentes, como es la donación de órganos", acota Julio.

-Pero el personaje de Daniel es huraño y tiene algo del carácter de Dr. House...

DM:-Sí, porque todas las series se basan o copian a otras que han tenido mucho éxito. Pero el proyecto de "Vida por vida" es hacer la versión chilena de lo mismo que se hace afuera. Si uno quiere hacer una producción que llegue al público chileno, es absurdo imitar a "Dr. House" y las series importadas que ya tienen éxito. Yendo a los hospitales, la serie fue decantando a la realidad de Chile. Los médicos que nos asesoraban veían "Dr. House". Y les preguntaba: "¿Es así la cosa?". Y decían: "Sí, está muy bien hecha". Pero es la realidad médica de otro país. Para poder reflejar la realidad de Chile, no es llegar y sentarse frente a un televisor y ver las producciones extranjeras. De hecho, nos tocó grabar en el hospital, en el piso que estaba activo y estuvimos meses con los pacientes, con las crisis, con las ambulancias, con todo el ajetreo durante las grabaciones. En 4 meses, eso tiñó la serie por completo. Nos ayudó a hacer un producto con carga.

JM:-Cuando grabábamos una escena de urgencia, a veces nos tocaba una urgencia de verdad. Quedábamos con el corazón en la mano, porque era la realidad.

-¿Cómo logaron aprender terminología técnica y convertirse en médicos?

JM:-Esa fue una parte muy importante del trabajo. Daniel era muy mateo en cuanto a los términos. De repente, decía: "Creo que esto no es así". Realmente, para una sola cosa podía haber dos, tres o más opciones.

DM:-Sin querer, se producía una junta médica de actores (se ríen). Todos teníamos nuestros asesores médicos. Después, teníamos asesorías en el mismo set. Sin tener dudas, hubiéramos hecho las escenas como estaban y hubiera sido un error garrafal, porque dudas de guión había muchísimas. Llegaban médicos que veían algunas escenas y, cuando detectábamos que se reían o miraban para el lado, algo raro había. Muchos detalles se nos iban.

-¿Tuvieron que "realizar" un trasplante?

JM:-Ocurrieron cosas en las grabaciones. El personaje de Celine (Raymond) es cirujano y tuvo que observar cuidadosamente todo lo práctico: cómo y dónde cortar. Fue un arduo trabajo para ella. Yo no era tan de bisturí, porque lo mío era más humano, más con el tratamiento de los pacientes, con la urgencia... En una escena teníamos que colocarle un shock eléctrico a una actriz, y la máquina tiene tres opciones para apagarse...

DM:-Ibamos en una camilla. Julio tenía que aplicar eso en el pecho de la actriz. Nos dijeron que era una máquina real, pero que estaba apagada. Algo ocurrió en la escena, que la Tamara (Acosta) encendió la máquina. Por mientras, Julio preparaba las cosas, pero no la aplicó e hizo la pantomima.

JM:-Es que poseen un tercer sistema de seguridad. Uno tiene que apretar unas perillas que están en las manillas, y no las apreté porque Dios es grande. Siempre las había apretado, porque necesitábamos que todo fuera real. Y justo la Tamara encendió la maquinita.

-¡Fue un error de Tamara!

DM:-¡No, pasó a llevar sin querer! Después, Tamara lloraba. Le dio una pena terrible. Había mucha adrenalina y teníamos mucha presión, porque ese hospital estaba funcionando. Nos obligaba a sacar la escena en tal tiempo, si no, había que entregar la sala. Cuando había mucha presión y se acercaba el término del día, esas escenas pagaban un poco el pato. A veces nos pilló la inexperiencia y podrían haber pasado más cosas graves.

"Es necesario crear personajes que sean verosímiles"

En 2010, Milostich fue pareja de Raymond en la teleserie "Primera dama". Y Muñoz se reencontrará con Acosta, su esposa en "Los 80".

En "Vida por vida", ambas duplas se intercambiarán. ¿Cómo ha sido para ellos modificar su paradigma actoral? "No hay una técnica para cambiar el chip. Uno tiene la disposición de jugar otros juegos y verse inmerso en otro mundo. Después, ya no se ve a Celine Raymond ni a Tamara Acosta, o ya no se ven estos personajes poderosos que pueden estar muy marcados por una serie, como es el caso de Daniel. Mientras uno se va metiendo en esos submundos, se borran ciertos personajes y emergen otros", asegura Julio. Y Daniel añade: "En esta serie no tengo muchas escenas con Tamara. La relación de ella está más con Julio, y yo con Celine... Las necesidades de mi personaje no tienen nada que ver con las de Juan Herrera. Cuando estás estudiando, aparecen los personajes y uno siempre los hace muy parecidos, porque no hay oficio. Con el tiempo, uno diferencia un personaje del otro".

-¿Ustedes son donantes?

JM:-"Don Antes" (indicando a Daniel) y "Don Después". ¡Qué fome!... Sí, soy donante.

DM:-Sí, también.

-¿La serie ayudará a reforzar el proceso de donación de órganos en Chile? Es un tema atingente en el último tiempo.

JM:-Será un tema que no pasará desapercibido y se implantará como tema importante de debate en las casas.

DM:-Es el objetivo de la serie. Si bien, después se centró más en contar las historias de los personajes en un entorno, que es el nuevo organismo que se quiere crear para organizar mejor la donación de órganos y canalizar todo eso. Para contar una historia es necesario crear personajes que sean verosímiles. Por eso se desvía un poco la atención en crear personajes con mucho peso. Puntualmente, vimos lo difícil que es conseguir que los familiares de los donantes entiendan cómo es ese proceso. También, la complicación de logística. Un médico decía que no es tan complicado conseguir donantes. A veces, muchos órganos se descomponen porque no está la logística. Si esta serie logra poner este tema en el tapete, y que se resuelva y discuta, el objetivo estaría cumplido... Hay una competencia por los órganos por orden de llegada. La donación de órganos es una especie de limbo en la vida de los seres humanos.

-¿Y les dio asco tratar con la sangre? ¿Vieron en vivo y en directo un hígado o un corazón?

JM:-No me tocó ver una víscera, ni ningún órgano en vivo y en directo. Sí hay mucha sangre y hay escenas en que nos ahogamos un poquito. Pero es parte del juego.

DM:-Mi personaje tiene ese problema. El se ahoga en el hospital y tiene que luchar contra eso. Pero no soy asquiento para nada. Sí teníamos que lidiar con el aroma del hospital, que es un olor muy particular. Uno sabe que alguno de esos olores son de la muerte. En un principio, uno se siente extraño, pero después todo era común.

JM:-Esa diferencia entre Mackenna y Vásquez es entretenida. Uno se ahoga estando dentro de una sala. En cambio, yo estaba en mi salsa. Por eso, la sangre no es mi problema.

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