"Estoy mejor que la semana pasada, en reposo, pero mañana tengo que levantarme sí o sí", advirtió Raquel Argandoña al teléfono esta mañana. Recién recuperándose, ya en su casa, de una bacteria localizada en un riñón que la tuvo en la clínica durante 9 días. Tuvo una pielonefritis aguda.

Pasó un Año Nuevo espantoso en Miami. Pero la panelista del "Buenos días a todos" sólo piensa en volver a sus lalbores. Ya decidió volver mañana. "Tengo que ir al matinal y después, en la tarde, tengo una función en Concepción. Ya postergamos Punta Arenas y lo reagendamos para el 16. Tenemos una agenda súper complicada. Me bajó la fiebre, pero ha sido complicado esto porque no me enfermo nunca", señala.

Mientras celebraba el fin de año en Miami, junto a sus hijos, Raquel se sintió mal inexplicablemente: "Como había tomado sol, creí que tenía insolación o que había comido algo. Partí el 2012 horrible. Tuve tercianas y fiebre alta. El médico me encontró muy deshidratada y me dio mucho líquido".

El vuelo a Chile fue tormentoso, pero no avisó de su estado. "Me subí calladita al avión porque, si no, me hubiesen dejado abajo". Y añade: "Embarré 5 días de vacaciones. Llegué y me fui a la Clínica Las Condes. Me hicieron todos los exámenes y me encontraron una bacteria en un riñón. Estuve con antibióticos intravenosos. Me asusté porque las cefaleas que tuve eran demasiado fuertes. No podía hablar bien y no coordinaba lo que hacía. Me sentí muy rara, conozco mi cuerpo. Cuando no pude abrir la botella de agua mineral fue una señal de alarma", recuerda.

"Viajo con mi botiquín..."

Argandoña creía que ya estaba mejor y que podía alistarse para cumplir con "Las indomables" en Punta Arenas. Es que en su café concert hace de las suyas junto a Patricia Maldonado, Pamela Díaz y la Doctora Cordero, por lo que ya tienen comprometidas funciones todo el verano. Ya agendaron más de 40 funciones. Dos por día algunos fines de semana. Pero tuvo una recaída y fue hospitalizada otra vez. "Traté de convencer al médico que ya me sentía bien, pero me dijo que no podía darme el alta porque volvería a la clínica". Le prometió que se cuidaría. "Tanto lo hinché que me dijo «Ok, pero estoy seguro que estarás de vuelta». Y así fue. Antes de irme a Punta Arenas e ir al «Buenos días», empezó la fiebre, a las 3 de la madrugada y me sentí pésimo. Volví a la clínica y me tuvieron otros 5 días. Los médicos pensaban que tenía meningitis, pero lo descartaron", explica. Y asegura que se siente presionada: "He sentido la presión, pero no de la Pata (Maldonado), ni de TVN. Pero sé que están los contratos listos; el café concert está vendido. Soy una mujer tan independiente y nunca había sentido que el cuerpo no me acompañara. Ahora me preocuparé más de mí. Es un llamado de atención. Es cuando dices: «Tengo que parar»".

Hoy, Raquel está con reposo absoluto. Pero confirma que llevará a cabo sus shows, a pesar de estar convaleciente: "Haré esas presentaciones, pero, si me agravo, tendría que dializarme. Lo más terrible son los dolores de cabeza. Dan ganas de que explote. Ya estoy tranquilita, pero igual trato de hacer cosas. Sé que es muy arriesgado lo que estoy haciendo, pero viajo con mi botiquín".

-Tu hija, Kel, te cuidó durante el viaje y ha sido como una enfermera. Debe estar preocupada aún...

-La Raquelita se portó muy bien y mi hijo también. Creo que ha estado con mucho estrés porque está terminando su segundo año en la universidad. Prefiero estar en la clínica que darles problemas en la casa. ¡Cada uno tiene que cuidarse solito!

-Lo peor fue cuando algunos periodistas, en el aeropuerto, te preguntaron por Lolo Peña...

-Es que parece que no hay noticias. Me da lo mismo lo que haga Lolo Peña. Somos amigos y él es dueño de hacer lo que quiera. Entiendo la razón del enojo de la Kel (que terminó discutiendo con una reportera). Estuvo toda la noche preocupada por mí. No sabía lo que yo tenía. Estaba muy angustiada. Lo único que quería cuando llegué era irme a la clínica. Cuando los periodistas preguntan pelotudeces, hay que contar hasta mil. La farándula está tan rasca que, obviamente, necesitaban temas.

Raquel sólo quiere disfrutar. Carpe diem : "Ahora me lo gastaré todo. Después de esta llamada de atención, una dice: «¿Sabes qué más? No me llevaré nada al cementerio»".