La viuda de Sandro, Olga Garaventa, vendrá como invitada especial al Festival de Viña para estar presente en el homenaje que se le rendirá al malogrado cantante.

Ello se concretará en la obertura del miércoles 23, que estará dedicada a “el Gitano”. Y que será la misma noche que actúan Marco Antonio Solís y Calle 13.

El homenaje comienza con Sandro cantando en las pantallas. Se suman a él Andrés Olivos, vocalista Difuntos Correa, y Camila Silva, la joven ganadora de “Talento chileno”. Se hará un mix de los mejores hits del artista, como “Así”, “Porque yo te amo”, “Sus ojos se cerraron” y “Una muchacha y una guitarra”.

Garaventa, quien se sentará en primera fila, viene especialmente de Buenos Aires, junto a uno de sus hijos. 

La organización del Festival decidió incorporar este homenaje al escenario de la Quinta tras un sondeo realizado por Chilevisión entre el público. El estudio detectó una gran nostalgia por los festivales setenteros y ochenteros donde las situaciones emotivas marcaban las jornadas y lo que sucedía alrededor.

De allí surgió la idea de preparar este recuerdo al muy popular cantante, uno de los emblemas de la euforia y el calor que se respiraban en la Quinta Vergara, cuando el público se colgaba de los cerros si no cabía en las graderías y encendía antorchas con lo que tenía a mano para expresar su fascinación por el show de un artista.

Sandro debutó en el Festival de la Canción en 1968, con 23 años, trayendo bajo el brazo temas como “Porque yo te amo”, “Como lo hice yo”, “Una muchacha y una guitarra” y “Las manos”. Entonces tenía una incipiente carrera que despegó en Latinoamérica después de su actuación. 

Volvió siete años después, en 1975 cuando, ya convertido en ídolo, tuvo que salir por el subterráneo del Hotel O’Higgins por la cantidad de fanáticas que lo esperaban. En aquel entonces puso a todos a bailar con su sensual “Rosa Rosa”.

Con los años, sus hits pasarían a ser inmortales a través de imitadores y otros cantantes. Pero su fervor interpretativo —que incluía estertores visibles, movimientos de caderas, gemidos y rostros compungidos en un alarde notable de histrionismo— no ha tenido parangón.

Por meses mantuvo en vilo a una fiel fanaticada

En torno a él se tejió una intrincada leyenda, que él mismo se encargó de alimentar. 

Pero las historias dramáticas fueron superadas por la realidad. En 1998 empezó con un enfisema pulmonar provocado por su adicción al tabaco. La enfermedad se fue agravan?  do con el tiempo, pero él seguía cantando. En varias oportunidades, incluso, llegó con balones de oxígeno al escenario, como en 2001 con el espectáculo “El hombre de la rosa” y en 2004, con la gira “La profecía”. 

El 20 de noviembre de 2009, a los 64 años y tras 8 meses internado en un hospital de Mendoza, fue sometido a un doble trasplante de corazón y de pulmones.

Mantuvo en ascuas a su enorme fanaticada en el mundo, como cuando el 12 de diciembre fue sometido a una intervención quirúrgica producto de una perforación en uno de los pulmones trasplantados y en la tarde volvió a terapia intensiva 

Pero siempre encontraba ánimo y fuerza. En junio de 2009, incluso, posó sonriente y en bata de seda, durante una breve ceremonia efectuada en el hospital en el que estaba internado, cuando fue nombrado ciudadano ilustre de Buenos Aires.

Su viuda, como él, nunca ha sido muy amiga de las cámaras y la exposición pública. En diciembre del año pasado, cerca de la conmemoración de un año de la muerte de “El Gitano”, envió una carta a los medios para pedir “respeto y comprensión para su memoria”, indicando: “Quiero llorar el recuerdo de sus últimos días sola y en paz”.

Ella fue durante 20 años la secretaria del manager del “Gitano”. Tres años después de empezar una relación con Sandro, se casaron en 2007. Lo acompañó hasta el último momento. 

Oberturas y pantallas LED

Para los días del Festival, que se desarrollará a partir de este lunes 21 y hasta el sábado 26, se implementará tecnología de punta que involucra 2.400 metros de Led, y sincroniza iluminación, audio, y visuales.