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De Rotterdam a Concepción, películas y libros conmemoran el terremoto

Mientras “03:34” prepara su gran debut en Concepción, un documental sobre el 27F es aclamado en el Festival de Rotterdam. Los libros, por otra parte, se centran en la crónica y en la ilustración más que en investigar el desastre.

por:  La Segunda
jueves, 03 de febrero de 2011

Hasta las peores tragedias tienen una contracara. Así lo prueban las cuatro películas nacionales y los cinco libros que han surgido a raíz del terremoto; obras urgentes y elaboradas a contrarreloj que tienen como objetivo reflexionar sobre una catástrofe que no será erradicada fácilmente del alma chilena. Una fecha clave para muchas de estas obras será el próximo 27 de febrero, cuando se cumpla un año del sismo de 8,8 grados que azotó al país.

Cine: entre la polémica y la aclamación

 Uno de los eventos más esperados para ese día será la primera función de “03:34”, mega-producción que viene acompañada de polémica: el psiquiatra Mario Valdivia alertó sobre el shock que puede causar el estreno del filme en Dichato. El equipo, liderado por el director Juan Pablo Ternicier, decidió trasladar el debut a Concepción, pero no por las opiniones del especialista.

“Esto se cambió hace un mes y se hizo para respetar a la comunidad en una fecha tan dolorosa. Va a ser un día de recogimiento”, explica el encargado de prensa, Nicolás Symmes.

La función de la cinta —que recrea tres historias, protagonizadas por Andrea Freund, Eduardo Paxeco, Loreto Aravena (“Los 80”) y Marcelo Alonso— está pensada para unas 300 personas con invitación. Se espera la presencia de políticos, actores y habitantes del sur.

Después del evento privado, la cinta aprovechará algunas invitaciones internacionales (ya van 23, según la producción) para aterrizar en salas nacionales durante el primer semestre.

El proceso de creación ha sido de locos. La pre-producción se hizo en tiempo récord y la filmación se realizó tanto en el sur como en Santiago entre el 20 de noviembre y los últimos días de diciembre. Para acelerar el trabajo, se optó por empezar a montar paralelamente al rodaje. La posproducción se ha venido realizando desde comienzos de enero hasta la fecha. Parte de las recaudaciones de “03:34” irán a las víctimas del terremoto.

En términos de aclamación crítica sobresale “Tres semanas después”, documental dirigido por el reconocido director José Luis Torres Leiva (“El cielo, la tierra y la lluvia”) que mañana tendrá su última función en el importante Festival de Rotterdam, donde comparte cartelera con “El cisne negro”. Como es habitual en su obra, el director le da la espalda al sensacionalismo para contemplar la geografía destruida, sin caer en los clásicos recursos.

“El enfoque se centró principalmente en los paisajes post terremoto, por lo tanto no hay entrevistas y la verdad es que casi no aparecen personas en el documental. Me interesaba registrar este paisaje habitado por la tristeza y la fuerza de la naturaleza”, cuenta el realizador, quien recorrió la zona de catástrofe por encargo del artista radicado en España Fernando Prats, quien quería tener un registro de lo sucedido como respaldo para una exposición en Europa.

El material terminó siendo una película en la que Torres Leiva apunta a lo sensorial, jugando con sonidos e imágenes. El filme, de hecho, comienza con la pantalla en negro y un zumbido durante 2 minutos 45 segundos, lo que duró el sismo. A raíz del aniversario de la tragedia, “Tres semanas después” se mostrará el 27 de febrero en el Centro Arte Alameda.

Ese mismo día, en horario estelar, TVN estrenará en televisión el documental “Mauchos”, que actualmente se exhibe en la sala VIP del Hoyts de La Reina, luego de contar con un estreno para 5 mil personas en Constitución.

Con Ricardo Larraín (“La frontera”) como productor ejecutivo y Sebastián Moreno (“La ciudad de los fotógrafos”) en calidad de director, la película muestra la reconstrucción del Maule, observando el dolor y la esperanza de sus habitantes, conocidos como mauchos.

“Grabábamos mientras investigábamos, la ciudad comenzaba rápidamente a levantarse, no físicamente, sino que anímicamente, y nosotros registramos ese proceso. Después de los viajes nos reuníamos con Ricardo, revisábamos material y discutíamos los caminos a tomar. Es un documental compartido en su génesis, los dos aportamos al espíritu”, cuenta Moreno.

El aclamado director Sebastián Lelio (“La sagrada familia”), en tanto, está afinando detalles de posproducción para “El año del tigre”, película  filmada en abril (en la zona de catástrofe) que aún no tiene fecha de estreno. Protagonizada por Luis Dubó, sigue a un preso que, tras el terremoto, escapa de una cárcel de provincia.

“Paradójicamente se da cuenta de que afuera es peor que adentro”, cuenta el realizador, quien se inspiró en las fugas reales que trajo el terremoto. “Curiosamente muchos de los presos volvieron por voluntad propia”.
 
Crónicas e ilustraciones: la única forma de recordar el horror
 
A diferencia del rescate minero —que ya tiene al menos cinco libros— el terremoto no ha generado tanta literatura. Posiblemente por sus características traumáticas. Más que una investigación, el tema ha sido enfocado en otros aspectos.

Por ejemplo “27 febrero” (Perro Seco Editores), del destacado muralista “Mono” González. 82 páginas que, en blanco y negro, ofrece imágenes de peces, mar, perros y casas, que reflejan el horror de esa noche de una forma desgarrada en su serenidad.

Cien ejemplares del libro, que postula a los Altazor categoría diseño gráfico e ilustración, serán llevados a Pellohué y Curanipe el 27 de febrero. El autor además pintará junto a los pobladores un mural colectivo conmemorativo.

Por otro lado, “8.8. El miedo en el espejo” (Ediciones UDP) es una crónica, en primera persona, del escritor mexicano Juan Villoro. El autor justamente estaba de visita, en el Congreso Iberoamericano de la Lengua y Literatura Infantil y Juvenil a celebrarse en Chile y vio cómo se nos movía el piso.

En varias entrevistas, Villoro ha recalcado que sobrevivir a un cataclismo lleva irremediablemente a un “examen de conciencia” y a darse cuenta que se tiene una especie de “vida extra”, como en los videojuegos.

Pero también está la versión de un habitante de una zona arrasada. Homero Sepúlveda Pérez escribió “Iloca, 27-02-2010”. Él mismo se ha definido como “ilocano de tomo y lomo” y en este libro refleja el sentimiento de todo un pueblo ante la catástrofe.

Juan Carlos Fau, de la librería ¿Qué Leo?, explicaba que si bien no hay tanta literatura sobre el tema, sí hay libros relacionados. Como “9.5 Richter. El terremoto más grande de la historia”, de Steven Benedetti. Una estremecedora revisión del cataclismo de Valdivia de 1960, que incluye fotos y archivos de prensa de la época. “(Los chilenos) viven con la amenaza cada día”, escribe el autor, profesor de Geología y nacido en Idaho, pero radicado en Chile.

También está “El terremoto de Chile” (Atalanta), de Heinrich Von Kleist (1777-1811), un curioso relatos de 1808 donde este escritor alemán —tal como Darwin, otro extranjero que escribió sobre sismos— muestra su fascinación por los movimientos sísmicos que nuestra tierra prodiga tan “generosamente”.

Aunque Von Kleist no sabía casi nada de Chile (hay muchísimos errores), acertó al retratar el temor que provoca la furia de la naturaleza. Y la extraña serenidad nacional para enfrentarla.

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