S un Axelsson tenía 23 años cuando cayó rendida ante Nicanor Parra. Se conocieron a fines de los ‘50 en Estocolmo en un “encuentro socialista”. Ella escribía poesía y se declaraba militante. Él era una mezcla entre “profesor estricto y amante dulce”, recordaría la entonces joven, quien inmediatamente terminó con su novio y dejó a Parra dormir en su departamento de universitaria.

 

El sábado pasado murió la escritora en Suecia, a sus 75 años. “Yo lo mantenía, porque él me dijo que después en Chile se preocuparía de mí”, reveló ella en una entrevista concedida a “La Segunda” el 2003.

 

Pero no cumplió su palabra, como reconoció entre risas. La escondió de su mujer “oficial”, la también sueca Inge Palmer. “Hizo un viaje y ha traído a otra sueca, es terrible”, declararía Palmer a una amiga.

 

Nicanor, sin embargo, le decía que quedarse en Chile sería bueno para “su desarrollo profesional”. Aunque al mismo tiempo, ella declaró la maltrataba. “Era infeliz y me castigaba”, declaró aquella vez.

 

Contó que una vez ella se enfermó del estómago y la mismísima Violeta Parra tuvo que llevarla a la posta de urgencia. “Me salvó la vida”.

Después de tres agitados meses de relación en Santiago, y gracias a su amistad con Jorge Teillier, encontró trabajo como traductora en laU. de Chile. Y terminó con Parra. “Yo era una joven sueca y me sentía humillada por no ser completamente independiente”.

 

Dos años después, de vuelta a Suecia escribió una novela que da luces sobre su experiencia chilena: “Eldens Vagga” (“La cuna del fuego”). En “La estación de la noche” declara que Parra era “increíble, celoso y brusco”.

 

Chile en el corazón

 

La escritora nunca dejó de estar ligada a nuestro país. Tras el Golpe de Estado de 1973 publicó “Terror i Chile” y fue famosa por acoger a numerosos chilenos exiliados en Estocolmo. También ha traducido a Neruda.

 

Hace años un glaucoma en el ojo la tenía mal. Tampoco dejó de recordar a su ex. Primero escribiendo poesía o crónicas llenas de despecho, según quienes las han leído. Pero también, como ella misma reconoció, guarda sus cartas. Algunos cercanos aseguran que igualmente tiene sus regalos, como algunos rollos de seda negra traída de la China.

 

Incluso se vieron un par de veces. Ella deslizó que Parra tiene “cierta paranoia por el Nobel”, aunque niega haber hecho lobby, a través de sus contactos, para que no lo ganara. El gran mito. “Eso es una M-E-N-T-I-R-A. No es verdad, es una calumnia. Al contrario, yo siempre lo he ayudado, he ido a editoriales pidiendo que lo tradujeran. No entiendo por qué han inventado durante tanto tiempo eso y ya es hora de que se aclare. Chile es mi segunda patria y me alegraría que Nicanor consiga el Nobel”, aseguró en la entrevista. “He promocionado durante mucho tiempo a Nicanor Parra en Suecia. Y él lo sabe”.