Eduardo Arriagada
Profesor
Facultad de Comunicaciones UC
www.blogsuc.cl
@earriagada

Cuando empezamos a aprovechar las tabletas y los celulares acumulando fotos, videos o documentos, comenzamos a experimentar problemas con la memoria.

Y como lo de hacer fotos, es algo ya muy cotidiano termina afectando el desempeño de nuestros aparatos móviles.

Es entonces cuando nos encontramos con un actor clave en el futuro digital: la nube.

Los analistas aseguran que el cambio en lo que viene está condicionado por 5 fuerzas: los aparatos móviles, las redes sociales, la "big data", los sensores y los servicios de ubicación.

Estos se dan casi todo el tiempo en los celulares y tabletas gracias a la existencia de la nube, que es la forma que usamos para referirnos a la creciente oferta de servicios de almacenaje virtual de nuestros contenidos mediales. Y a los que siempre estamos conectados gracias a Internet.

La gran diferencia que tiene el mundo digital móvil de hoy, si lo comparamos con los noventeros computadores portátiles y de escritorio, es que el funcionamiento básico de las aplicaciones de celulares y tabletas cuentan con la nube.

Hace pocas semanas se lanzó en Chile el Chromebook de Google, un computador que también funciona en la nube. Y es que ahora las mismas empresas que nos venden los teléfonos, nos ofrecen alternativas tanto gratuitas como pagadas de almacenamiento.

Amazon, Google, Amazon, Microsoft son los grandes actores que se baten en este sector. Pero también es un terreno disputado por StartUp que están tratando de hacerse un espacio con ofertas más atractivas como Dropbox, Box o Evernote.

La lógica del modelo de los servicios siempre es la misma: al principio se ofrece una cuenta por una cantidad de espacio que es gratuito, muchas veces asociada a algún producto de la empresa. Con modelos de negocio Freemium, los espacios muy limitados terminan saturándose. Entonces aparecen variadísimos planes.

El problema de lo gratuito es que el espacio ofrecido no es grande. Es verdad que los más estructurados pueden conseguir espacio manejando varias cuentas gratis en diversos servicios. Pero si le queremos sacar partido en serio a nuestros aparatos móviles, estas ofertas gratuitas no son suficientes.

Cuando pagar por espacio extra en las nubes virtuales debe plantearse como una alternativa, recomiendo comprarse un disco duro que con la ayuda de las aplicaciones de los potentes aparatos móviles se convierta en nuestra propia nube personal.

 La ventaja de este camino es terminar con el temor de depender de servicios que esporádicamente se caen y contar con mayor tranquilidad respecto a la privacidad de lo que tenemos.

Es evidente que las nubes remotas a las que entramos en sus versiones gratuitas tienen contratos en los que se entiende que "si no pagas, el producto eres tú", "estás pagando con tu intimidad".

 La gracia de los servicios como el que esta semana lanzó en Chile Western Digital, "my cloud", es que con aplicaciones inteligentes, que irán evolucionando y simplificándose, se resuelve el gran problema con el respaldo, que es que olvidamos hacerlo, y cuando lo necesitamos, no lo habíamos realizado.

 La ventaja de sumar el disco duro y las aplicaciones móviles, es que estas memorias funcionan con la lógica automatizada de programas como IFTTT: “si sucede algo entonces sucede otra cosa”. Estas nubes se coordinan con nuestros aparatos móviles y están permanentemente grabando los nuevos contenidos que realizamos, logrando lo que pretendíamos: dejar la memoria desocupada para no frenar la capacidad de nuestros móviles y tabletas.