Eduardo Arriagada
Profesor
Facultad de Comunicaciones UC
www.blogsuc.cl
@earriagada

Termino esta serie de columnas sobre las funciones de los celulares destacando la que más gusto me da.

Tengo que reconocer que dependo especialmente de calendarios, agendas digitales y listas de pendientes para evitar olvidos y organizar mejor mis comprimisos.

No es extraño que me convirtiera desde el primer momento en un usuario activo de los llamados PDA (asistentes personales).

Tuve el primer Palm Pilot con más entusiasmo que el primer celular.

Me hice un adicto a su uso por la eficacia con que manejaban mi agenda y mis pendientes.

Y es la razón por la que no me cambié a los teléfonos táctiles de Steve Jobs apenas aparecieron, ya que vi que sus aplicaciones eran muy débiles en este aspecto. Así como unos siguieron con la Blackberry por los emails y el teclado yo seguí con los Palms por las agendas.

Cuando Palm se vendió a HP asumí que tenía que pasar mi datos al iPhone. Entonces sufrí la sincronización con G Mail a la que al menos al principio nos obligaba el sistema iOS de Apple, lo que en mi caso significó mezclar unos contactos muy bien trabajados con todas los e mails de Gmail.

 Pronto asumí que ni Google ni las aplicaciones de Apple me entregarían el organizador digital que manejara bien mi agenda y pendientes. Entendí que, como en otros temas de los móviles, las verdaderas respuestas vendrían cuando otros desarrolladores lanzaran aplicaciones especialmente pensadas para estas funciones.

 Tras probar decenas, una aplicación que se debe destacar en el mundo de la organización es Evernote. En principio es una aplicación para manejar todos nuestros apuntes y dejar de lado los post it de colores. Pero es más que eso, quiere ayudarnos a recordar cualquier cosa. Su fundundador, Phil Libin, se atreve a presentarla como tu segundo cerebro. La historia de esta empresa tiene una anecdota reveladora: un inversionista clave fue un sueco que invirtió 500 mil dólares apenas lanzada “por lo que ha mejorado mi vida con su uso”.

Para manejar mi lista de pendientes hace ya tiempo que opté por la aplicación Any.do que me permite gestionarlos desde el celular, como de la tableta o cualquier ordenador desde la interfaz que estos tienen para la Web. Es una aplicación especializada que se coordina muy bien con Dropbox.

En el caso de las agendas digitales, la gran ventaja de las aplicaciones especializadas que tienen los móviles es que nos permiten manejar varias agendas, tanto las que tenemos del trabajo del entorno Outlook con las personales que muchos mantienen en el programa Calendar de Google. Recomiendo probar tanto la aplicación Sunrise como Magneto, aunque yo todavía no se por cual inclinarme. Ambas permitieron que finalmente dejara de extrañar los viejos PDAs monocromáticos.

Y cada una tiene sus lujos. Por ejemplo Sunrise integra los mapas de Google en nuestras actividades y Magneto avisa del tiempo que tardaremos en llegar a cada uno de nuestros compromisos tomando los datos del tráfico de la ciudad desde Google.

Pero gracias a la potencia de los teléfonos que usamos, hay empresas que están trabajando con aplicaciones que además agregan “inteligencia” a esos calendarios con la intención de prever lo que haremos sin necesidad de avisar. En esta área recomiendo probar lo que nos ofrecen las aplicaciones Osito y Tempo. Su análisis da para otra columna.

Les aseguro que el uso de varias de estas aplicaciones, que conversan unas con otras, ayudan y mucho. Siempre fui un fan del mundo Moleskine y sigo pensando que el lápiz y el buen papel es un entorno mucho más entrañable que el digital, pero mi experiencia me mostró hace mucho que estas aplicaciones en las pantallas táctiles me facilitan la vida. Para los románticos un dato: Evernote tiene una alianza con Moleskine para moverse en ambos mundos.