Eduardo Arriagada
Profesor
Facultad de Comunicaciones UC
www.blogsuc.cl
@earriagada

 

Después de estar un tiempo “oyendo” lo que se publica en Twitter en los temas que te interesan, de repente te verás aportando contenidos a la conversación social.

Me he topado con muchos que entraron a la red “sólo para leer” y sin darse cuenta se encontraron escribiendo, criticando, informando… Es una consecuencia lógica del carácter conversacional de lo que aparece en el “feed” de cada uno de ustedes.

El simple uso de nuestra cuenta en Twitter nos irá enseñando cómo se conversa en las redes. La consecuencia natural de eso será que, de pronto, estaremos integrados en esa conversación.

Lo primero que se debe recordar antes de escribir es que todo lo que subamos a la red -ya sea informaciones, opiniones, enlaces, fotos o vídeos- pasará a quedar publicado en internet. Cuando publicamos algo perdemos el control. Aunque una cuenta de Twitter no tenga seguidores, lo que en ella se publique podrá ser recuperado posteriormente usando los buscadores, incluso podrá ser retuiteado aunque ya lo hayamos borrado.

Hay que analizar siempre la conveniencia de publicar algo, hacerlo es como mandar una carta a un medio informativo.

De todas maneras, hay que tener presente que si queremos ser leídos no basta con tener un buen grupo de “seguidos” que alimentan lo que nosotros leemos. En Twitter está separada la condición de seguidor y de seguido. Gran parte de los tuiteros que conviene seguir no siguen a sus seguidores, por lo que es importante plantearse construir tu propia base de lectores antes de escribir tus mejores textos.

Lamentablemente, la única forma de aumentar el número de seguidores es publicando contenidos interesantes.

 La forma de participar menos riesgosa es empezar comentando a otros interesados en nuestros temas o conversando con ellos. Ese primer trabajo de curaduría, como todo lo que aportemos, irá condicionando la cantidad y calidad de las personas que comenzarán a seguirnos.

Para no olvidemos que para que una persona que ve algo interesante escrito por nosotros pase de leernos a seguirnos todo se juega en nuestro perfil.

 Salvo las típicas excepciones de siempre, no se consiguen seguidores sin usar el nombre verdadero, una buena fotografía y un par de frases con una presentación personal.

También se recomienda poner en esa biografía un enlace a una página web relacionada con tu perfil, puede ser la de la empresa en la que trabajamos o nuestro espacio en Facebook, LinkeIn, About.me, Instagram u otra red social.

Lo ideal en estas redes es conseguir que nos sigan personas que no sólo coincidan con nuestros intereses, sino que incluso tiendan a compartir (hacer retuiteos) a sus propios seguidores lo mejor de nuestra participación.

El objetivo de la participación en internet es generar conversación, comprometer a personas a participar en torno a los temas que planteemos, aunque hacerlo es difícil.

Si en el mundo de los medios tradicionales el desafío es trabajar bien el mensaje que será multiplicado, en estos espacios sociales se busca poner un tema de conversación y promoverlo con nuestros puntos de vista.

Llegará un momento en que nos interesará saber cuál es la calidad de nuestra participación en estos espacios y la mejor señal de esa calidad será que veremos que sin otro esfuerzo se irá incrementando el número de personas que nos siguen.

La mejor medida de calidad será el tipo de gente que nos empezará a seguir, algunos de los cuales serán especialmente generosos y comenzarán a mostrar nuestros comentarios a sus propios seguidores.