Con esta herramienta tecnológica tendrán larga vida los electrodomésticos, las pinturas, los automóviles y las frutas de exportación.
Esos son algunos de los beneficios que la nanotecnología chilena incorporará a la industria, que produce artefactos cada vez más livianos, gracias a que son manufacturados a partir de una mezcla de diversos polímeros y mágicas partículas que refuerzan este material, las que, según su composición y tamaño, entregan sorprendentes nuevas propiedades.
Los polímeros son subproductos de la refinación del petróleo; unidades repetitivas de una gigante molécula al igual que el ADN, un polímero natural. Y no se sorprenda si las partículas pueden ser hasta talco, como los lleva cualquier electrodoméstico.
Todos estos avances pertenecen a la llamada ciencia de los materiales, cuyas innovaciones están cambiando completamente la industria actual e incluso la de defensa. El investigador Raúl Quijada ha empujado junto a otros científicos el desarrollo de esta área en el país y ha liderado proyectos, entre ellos el de corchos sintéticos que hoy usan las botellas de vino de rápido consumo en todo el mundo.
Esta ciencia es hoy revolucionaria porque la industria está demandando materiales con cada vez mejores propiedades y que sean específicas a las funciones que cumplirán.
Frente a esta realidad, el profesor Quijada y su colega Patricio Toro crearon desde su laboratorio en la Universidad de Chile una empresa de innovación tecnológica, Tecnológica Q&T Ltda. (www.tecnologicaqyt.com), para dar apoyo al sector productivo e incitarlo a hacer grandes apuestas, de tal forma que éste no quede fuera de los cambios.
"Teníamos que hacer algo. Tenemos conocimiento y reconocimiento de excelencia científica, estrecho nexo tanto nacional como internacional con las empresas y varias patentes concedidas en Chile y el extranjero", precisa Quijada, Premio a la Innovación Avoni 2010, con claro entusiasmo.
Actualmente, Tecnológica Q&T está enfocada en el desarrollo de nanocompuestos, o sea, polímeros y partículas del tamaño nano, la mil millonésima parte de un metro. "Manipulamos la materia a esta escala, en donde el reordenamiento de la materia exhibe fenómenos y propiedades totalmente nuevas", explica.
"Comenzamos a estudiar las arcillas volcánicas nacionales -señala el científico- y nos encontramos con la sorpresa de que éstas, en comparación a la de otros países, tienen excelentes propiedades y la ventaja de tener metales pesados en casi nulas concentraciones. "Es importante; sus aplicaciones futuras también estarán en la industrias alimentaria, farmacéutica y médica".
En comparación a los polímeros que emplean otras arcillas tradicionales, con el desarrollo de las nanoarcillas chilenas el investigador y su equipo lograron mejorar notablemente las propiedades mecánicas (resistencia a impactos, deformaciones o rupturas), químicas, térmicas y de barrera.
Estos nuevos materiales fueron recientemente presentados a las oficinas de patentes en Chile, Estados Unidos y en el Tratado de Cooperación en materia de patentes (PCT).
"A medida que el sector industrial despierte ante estas innovaciones, estimo que las aplicaciones más interesantes para nuestro país estarán en la industria de la construcción, del embalaje, la electrodoméstica y hasta la de pinturas, donde éstas tendrán una muy larga duración", concluyó Quijada.
Para el caso de la industria de embalaje de exportación, las nanoarcillas permitirán que los alimentos (frutas, carnes, pescados y mariscos) puedan mantenerse bien conservados durante el recorrido de grandes distancias al impedir el ingreso de humedad y oxígeno a su interior.
