Economía
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Lincipit: Debuta la primera plataforma chilena para financiar proyectos entre usuarios

Este sistema llamado "crowdfunding" es pionero en nuestro país, mientras que en otros, como Estados Unidos, ya está legislado.

por:  Camila Muñoz
miércoles, 27 de junio de 2012
LiNcipit

Simón Astaburuaga e Isabel Daiber lideran el proyecto, que partió hace menos de un mes.


Foto Iván Sarmiento

Mitad chileno mitad suizo italiano, Simón Astaburuaga (24), emprendedor que habla cinco idiomas, llegó a Chile para crear una plataforma basada en el crowdfunding, un sistema para que usuarios puedan financiar proyectos de otros usuarios que en países como Estados Unidos está dando que hablar.

Astaburuaga postuló el año pasado a la segunda generación de Start-up Chile mientras estudiaba en la Universidad estatal de San Diego, Estados Unidos, con la idea "de ayudar a personas con iniciativas de emprendimiento a encontrar el capital inicial para crear su negocio y encontrar personas con capacidades complementarias para que se unieran al equipo y que así hubiera más posibilidades de que fuera exitoso y de que el proyecto creciera".

Así llegó a Chile para crear LiNcipit : una plataforma que permite a gente publicar sus proyectos y solicitar financiamiento para que otros usuarios decidan invertir en él, a cambio de alguna recompensa relacionada con el proyecto en cuestión.

¿Cómo funciona? Una persona propone su proyecto a LiNcipit , el que debe ir acompañado de una descripción de la iniciativa, su intención, cómo lo va a llevar a cabo y un video obligatorio en el que muestre su cara contando qué quiere lograr con él y cuánto dinero necesita para llevarlo a cabo.

"No puedes subir el proyecto si no agregas un video donde explicas la idea y en el que tiene que aparecer tu cara, quién eres tú, cuál es el proyecto y qué quieres lograr", afirma Isabel Daiber , mano derecha de Astaburuaga en este emprendimiento, y agrega que esto tiene el objetivo de "generar confianza, uno de los principales problemas de los chilenos".

Después, el equipo de Lincipit  lo evalúa y decide si es viable o no para ser publicado en su base de datos con el detalle del monto a recaudar y qué recibirá cada persona que decida invertir, con distintas opciones de montos y recompensas, según el monto que paguen.

Luego, envían un newsletter a sus suscriptores contándoles cuáles son los proyectos en los que pueden invertir. "Adicionalmente 'obligamos' al creador a comunicarse con los colaboradores por e-mail apenas reciben un aporte y hacemos seguimiento y asesoría constante del desarrollo del proyecto, llegando hasta el delivery final", explica Astaburuaga.

Lincipit,  que viene del latín y como explica Simón significa "el comienzo de todo", se encuentra en funcionamiento hace menos de un mes y los cobros se hacen a través de PayPal, y la próxima semana será posible utilizarlo con Transbank (Redcompra y tarjetas de crédito) y ya está abierto a distintas monedas como el dólar, peso y euro.

Además, a diferencia de otros como Kickstarter (su homologo estadounidense), éste es de "alcance global", como afirma su creador, por lo que está disponible en varios idiomas.

Sus otras plataformas para educar

Lincipit es sólo una parte de este proyecto con el que Simón vino a Chile. El segundo se llama Licinews y consiste en un sitio de "noticias de tecnología, emprendimiento, redes sociales.

La "tercera pata" consiste en otro sitio llamado Pioneros en el que se publican emprendimientos y se hace el contacto con otros que estén en busca de nuevas herramientas y que puedan ser de su utilidad.

Un sistema ya legal en Estados Unidos

Todo este sistema se llama crowdfunding: crowd significa multitud y funding, financiamiento. En Estados Unidos, se legalizó hace unos meses cuando se aprobó una nueva legislación llamada Our Business Startups (JOBS) que reguló este sistema.

La ley permite que las empresas que ingresen hasta un máximo de US$1.000 millones puedan buscar inversionistas mediante peticiones masivas en internet a través del crowdfunding. También posibilita a las compañías de este tamaño salir a la bolsa sin pasar los primeros cinco años por los requisitos de publicación de datos y auditorías.

En Chile, aún no existe la legislación para este tipo de proyectos.

El director de la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech), Cristián López, afirma que "su llegada a Chile será un tremendo incentivo a la innovación, porque descentralizará el acceso a financiamiento, permitiendo que se desarrollen más y mejores emprendimientos y, por lo tanto, más empleos".

Añade que "a medida que este fenómeno avance en nuestro país, es necesario legitimarlo a través de un marco legal ad hoc . En ese sentido, Chile va en la dirección opuesta al resto del mundo, porque el sistema no está normado y podría considerarse ilegal si nos regimos por la Ley General de Bancos".

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