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Facebook, Twitter y Whatsapp: Los nuevos protagonistas de las relaciones amorosas

Cuatro chilenos contaron a “La Segunda” sus historias, de amor y desamor, donde las redes sociales han sido las protagonistas.

por:  Por María José Infante y María José Moraga.
viernes, 10 de febrero de 2012
amor en redes

Foto ANDRES SYMMER

Este 14 de febrero serán cientos las parejas que en vez de regalar los tradicionales chocolates, enviar rojas rosas o aparecer con “peluches” para celebrar el Día de los Enamorados, tomarán sus teléfonos o se meterán en sus notebooks para “conectarse” con sus parejas a través de mensajes directos en Twitter, invitaciones en Facebook o conversaciones en Whatsapp, plataformas que se han convertido en las nuevas protagonistas de las relaciones amorosas.

Un estudio de la consultora internacional ComScore sobre el uso de las redes sociales en Latinoamérica, reveló que Chile ocupa el 5° lugar dentro del ranking de los 10 países que más usan las redes sociales. Y si bien gran parte de su uso partió por razones de trabajo o académicas, hoy son los temas emocionales los que reinan en la web.

“El amor en sí es comunicación, y ese sentimiento puede ser expresado a través de Twitter, Facebook, o lo que fuere; pero esto no es precisamente algo favorable para ello”, advierte el sociólogo de la Universidad Alberto Hurtado Matías de la Fuente.

Asegura que no es comparable la manera en que una persona se comunica “por red” a cómo lo hace en persona.

Y explica: “Se corre el riesgo de que a la hora de comunicarse en la vida real, las cosas cambien y la persona se puede sentir engañada. Las redes sociales pueden distorsionar la realidad y los sentimientos porque la procedencia de las personas y sus intenciones reales no las conocemos... Siempre existe esa cuota de inseguridad”.

La blogera  Bernardita Ruffinelli agrega que también existe el riesgo de que las parejas abusen tratando de “mantenerse conectados” y generen “sensaciones de paranoia y ansiedad dentro de la relación. Es súper sano cuando las parejas se ponen límites de dónde se comunican, cuándo y en qué escenario. Y no esperar que el otro esté disponible para ti en todos lados”.

La tendencia hoy es clara: Tan sólo con un “click” se puede comenzar o terminar una relación de pareja.

No hay dudas que la fase del enamoramiento, pero también la desconfianza, la infidelidad y el despecho se viven con intensidad en las redes sociales.

Aquí cuatro chilenos contaron a “La Segunda” sus historias, de amor y desamor, donde las redes sociales han sido las protagonistas.

“En Facebook descubrí a mi polola besando a otro”

Las redes sociales no sólo están hechas para unir parejas, sino que para la desgracia de muchos, también para separarlas... Y bien lo sabe Andrés Barros (21), estudiante de publicidad.

“Descubrí una foto de mi polola en Facebook besando a otro”, confiesa. “No lo podía creer. Mientras más zoom le hacía a la imagen, más me convencía de que era ella”, dice Barros luego de explicar que reconoció a su pareja por su pelo y la chaqueta.

Todo ocurrió un día estudiando para un examen en la casa de un amigo de la universidad. Cuenta que tuvo una corazonada y se conectó desde su iPhone a Facebook. Lo primero que vio fue que su “peor es nada” estaba etiquetada en una foto.

“Siguiendo mi sexto sentido me metí al álbum para cachar si era público”, dice Andrés. Para su “sorpresa”, al revisarlo descubrió una foto de su entonces polola abrazada con otro hombre “besándolo descaradamente”.
La situación dio paso al fin de la relación y aunque durante 4 meses estuvieron terminados, el muchacho la perdonó y aún siguen juntos, pero admite que “la confianza ha sido muy difícil de recuperar”.

“Me patearon por Whatsapp”

En un estudio de intercambio que hizo a Estados Unidos conoció —inesperadamente— a un italiano que estaba “en las mismas que yo”, confiesa María Jesús Sánchez (24): “Me enamoré perdidamente de él. Nos fuimos a vivir juntos durante 4 meses. Fue una relación muy intensa”.
Después de 8 meses de estar fuera de su país, María Jesús debió volver a Chile mientras que el italiano viajó a París, donde había decidido estudiar. “La despedida fue lo peor. No paré de llorar, pero me tranquilizaba la idea de que él ya había comprado un pasaje para visitarme en tres meses más”, cuenta.

Ya instalada en Chile la comunicación que mantenía con su pololo extranjero era por Skype y Whatsapp. “Al principio todo bien, pero con el tiempo la cosa se anduvo complicando. La diferencia de horario y los estilos de vida tan diferentes que estábamos llevando hicieron aparecer los problemas”.

El italiano comenzó a insistirle a María Jesús para que se fuera a vivir a París, a lo que ella se negó porque había encontrado trabajo estable en Chile y estaba feliz acá.

Él desconfió de esa respuesta y comenzó a “pasarse el rollo de que yo estaba siendo infiel, cosa que nunca sucedió”.

Un día en el trabajo, María Jesús recibió un mensaje por Whatsapp que decía: “Quiero terminar esta relación. Ya no confío en ti”.

Dos minutos más tarde el italiano había cambiado su “estado sentimental” en Facebook a “soltero”. Y así fue. “No lo podía creer. No pude conectarme por Skype porque estaba en la oficina y finalmente me patearon por Whatsapp”.

Nunca más supo del italiano, quien perdió el pasaje que había comprado para venir a Chile. María Jesús decidió borrarlo de Facebook, de Twitter y de Whatsapp. Pero no lo pudo borrar de su vida. “Esto de la tecnología de repente puede resultar muy cruel”, confiesa y asegura que no volverá a tener una relación a distancia.

“En la página de una amiga gringa encontré al amor de mi vida”

Como quien llega y elige una prenda de vestir —en el amplio “catálogo” de Facebook—, Francisca Vergara (24) escogió a su actual pololo luego de ver una foto en la página de una amiga.

 “Vi su cara y supe inmediatamente que era para mí”, asegura. Cuenta que estaba “copuchenteando” en el Facebook de una amiga gringa cuando conoció a Joe, su pareja de hoy.

Todo comenzó cuando decidió agregarlo a sus contactos: “Nunca pensé que me iba a aceptar, pero cayó rapidito”, dice riéndose, aunque por la diferencia de idioma la comunicación inicialmente fue más lenta. Sin embargo, igual se las arreglaron: se conocieron por Skype y tenían horarios fijos para hablar. Incluso por medio de varios programas de internet, veían películas on line con cámara incluida para “ver la reacción del otro”.

Un par de meses después el gringo viajó a Chile, y desde entonces no se han podido separar... Actualmente la enamorada Francisca vive en Estado Unidos con él y no tiene pensado regresar. “¡Es increíble lo que pueden hacer las redes sociales!”, dice feliz desde el hemisferio norte.

“Conocí a mi pinche por Twitter”

Claudia Donoso se reconoce una fanática de Twitter, cuenta que le sirve “para estar siempre informada y conocer a mucha gente interesante”.
Y fue en esta plataforma en que conoció a Tomás Fernández, quien en Twitter “jugaba a un personaje que no me caía nada de bien. Era muy frío”. Sin embargo, inesperadamente comenzaron a conocerse, a conversar, y de a poco “se le fue saliendo la verdadera personalidad, la que sí me gustó”.

De los mensajes públicos en esa red pasaron a los DM (mensajes directos o privados) en donde establecieron una relación mucho más “profunda”.
“Yo lo busqué por Facebook y caché que estudiábamos en la misma universidad... Cuando vi las fotos me di cuenta de que yo lo había visto antes y lo encontraba muy guapo”, cuenta Claudia que en ese minuto no sabía que se encontraría con más coincidencias.

Todo se mantuvo en la red durante un mes hasta que ambos fueron invitados al encuentro de “fanáticos del Twitter” que organizó el plantel donde estudiaban. “Lo saludé y no me percaté que era él, pero después alguien lo nombró con su username y allí recién hice el click”. Sin embargo fue muy tarde, Tomás ya se había ido del encuentro.

“Por Twitter nos comprometimos a que la próxima vez que nos viéramos en la universidad nos íbamos a saludar. Y así fue. Un día nos encontramos, nos gustamos y comenzamos a salir”, recuerda. Hoy no siguen juntos, duraron dos meses. Pero Claudia guarda “los mejores recuerdos”, y aunque siguen hablando por Twitter, aclara que “ya no me manda mensajes directos”.

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