Feliz por la aprobación de la denominada «ley Dicom» —una de sus iniciativas legales más emblemáticas—, el diputado PPD Felipe Harboe quiso responder a esta encuesta para twitteros. Con casi 100 mil seguidores en la red social, hoy acudió hasta el Sernac para denunciar cobros ilegales por parte de una compañía de celulares.

—De 1 a 10... ¿qué tan adicto a Twitter se declara?

—5 y bajando. Ya se acabó el efecto “novedad” y lo asumo como medio de trabajo. Cada día lo entiendo con menor intensidad.

—¿Siente que estar atento a Twitter ha tenido algún costo?

—Trato de interactuar y responder consultas... y no siempre se puede sin restarle tiempo a la familia, al estudio de proyectos de ley y al relajo.

—Si se cerrara Twitter... ¿podría vivir?, ¿qué haría para canalizar sus inquietudes?

—Al principio estaría con síndrome de “abstinencia twittera”, pero quizás estaría más tranquilo y volvería a escribir más columnas de opinión.

—¿De qué gran notición se ha enterado leyendo su timeline?

—De la muerte de Juan Lobos, me impactó mucho.

—¿En qué situación jamás twittearía?

—En aquellas en que se vea afectada la calidad.

—¿Qué personaje debería hacerse una cuenta en Twitter?

—Hermógenes Pérez de Arce, para que pueda conectar con el pensamiento de una nueva generación, de un país distinto.

—Su mejor consejo para un novato en Twitter...

—Que meta bien el dedo porque los errores ortográficos se pagan muy caro.

—¿Cree que Twitter ayuda o perjudica el debate político?

—¿Debate en 140 caracteres? No creo. Pero intercambio de opiniones... sí. A algunos colegas les falta entender que esto y sólo difunden sus ideas.