Experto entrega algunos tips y explica cómo la medicina biorreguladora ayuda en estos casos.
Estrés, mala alimentación, ansiedad, angustia, depresión, falta de ejercicio, son algunos de nuestros males cotidianos, que por cierto influyen para que se presente la inflamación de la mucosa intestinal.
“La mucosa se inflama en su totalidad, no por partes. La causa principal de esta inflamación es la alimentación, pero también influyen los factores externos como la olución, las toxinas, etc. Así también, las emociones como la ansiedad, la depresión, impactan mucho en la mucosa porque alteran el sistema neurovegetativo que comunica el sistema nervioso central con la mucosa. Muchas de las circunstancias de comunicación a nivel de la mucosa, que se conocen como neuropéptidos, son compartidos con los neuropéptidos del sistema nervioso central, entonces hay una relación muy estrecha. Lo que altera el sistema nervioso central, altera la mucosa y lo que altera la mucosa, altera el sistema nervioso central. Lo anterior, es lo que ha permitido estudiar la psiconeuroinmunoendocrinología. Lo grave de esta situación es las emociones impactan específicamente el terreno gastrointestinal, lo que da como resultado muchas enfermedades. Ahí radica la importancia de ver al paciente como un todo y tratarlo como tal, no como un estómago o un riñón”, declara el médico colombiano Juan Carlos Herrera, experto en medicina biorreguladora.
El estrés es considerado la primera causa de todas las enfermedades crónicas, pero muy cerca está la alimentación, porque cuando uno está estresado más mal se alimenta y cuando más mal se alimenta hay más estrés. Todas las enfermedades están relacionadas con la inflamación de la mucosa gastrointestinal.
Es así como el doctor señala que si una persona tiene el colon inflamado, puede también estar enfermo de otras cosas como sinusitis, rinitis, etc. Para Herrera las alergias respiratorias por ejemplo, necesariamente están asociadas a la inflamación de la mucosa gástrica por lo que debe ser tratada simultáneamente con la alergia respiratoria y el sistema nervioso central.
De no ser tratada esta inflamación puede crear esa misma situación en otros tejidos, ya sea por una sobre carga hepática, en el tejido conectivo. Incuso, se puede provocar enfermedades a distancia, en el tejido conectivo, lo cual desencadenaría inflamación en el tejido articular. “Por ejemplo, un paciente con estreñimiento es un paciente que probablemente está inflamado, así no tenga síntomas y hacen inflamaciones silenciosas, que luego son peligrosas que crean la enfermedad crónica” explica el experto.
“Los hábitos de vida y de alimentación son los dos puntos iniciales y principales para desinflamar la mucosa. Luego se hace lo que se llama inmunomodulación de la mucosa, a través de terapias de biorregulación” agrega.
El principio de una terapia de biorregulación es tratar simultáneamente todo para poder conseguir curar al paciente de su enfermedad crónica. Se debe someter a una terapia de desintoxicación de la sobrecarga tóxica, hepática, linfática, con el fin de lograr la máxima capacidad del sistema inmunológico.
1.- Eliminar alimentos pro inflamatorios (un tiempo variable, dependiendo de cada paciente): lácteos, azúcares, chocolates (que contienen bisulfitos), colorantes, preservantes, algunos pacientes con sensibilidad al trigo, cítricos, etc.
2.- Controlar los sistemas de estrés, las emociones
3.- Eliminar la sobrecarga tóxica de la mátrix extracelular
4.- Facilitar la salida de las sustancias tóxicas, a través de los sistemas de drenaje, principalmente la parte linfática y hepática.
5.- Modular la inflamación y modular la respuesta inmunológica alerta, con tratamiento integral donde se tratan varios factores al mismo tiempo, por lo tanto los resultados son mucho más duraderos, mucho más efectivos y con mucho menos efectos colaterales y probablemente van a mejorar al paciente de otras patologías asociadas.
Se basa en modular los procesos de autodefensa del organismo frente a las diferentes sustancias patógenas causantes de la enfermedad. Está compuesta de principios activos naturales y, a diferencia de los medicamentos denominados ‘químicos', que suprimen las vías metabólicas, los medicamentos biorreguladores modulan las respuestas biológicas del organismo sin suprimirlas, lo que les otorga su alta tolerabilidad y su ausencia de efectos secundarios.
