Los especialistas estiman que alrededor de un 50% de la población chilena podría estar afectada por el estrés, trastorno que en un alto grado y mantenido en el tiempo, se constituye en un factor de riesgo fuerte para contraer enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer, entre otras, además de su molesta sintomatología. A su vez, un estudio del Minsal señala que un 30% de las licencias por dolencias físicas y el 40% del ausentismo laboral, se deben al estrés.

Hoy existe una innovadora tecnología de Neuroestimulación Magnética Profunda (Deep TMS) para el tratamiento de enfermedades psiquiátricas y neurológicas, logrando en pocas sesiones el control del problema y sus síntomas, al tiempo de recuperar funciones biológicas como la memoria y el sueño, que suelen verse afectadas por el estrés.

El psiquiatra Raúl Riquelme, explica que este tratamiento para el estrés no es invasivo, es seguro y ambulatorio. “Consiste en un procedimiento de neuroestimulación que se aplica mediante una bobina especialmente diseñada sobre el cuero cabelludo, estimulando principalmente la zona prefrontal y la ínsula del cerebro, que son las afectadas por el estrés”, indica el especialista.

Y agrega que esta terapia indolora es usada también con excelentes resultados para el tratamiento de otras enfermedades psiquiátricas y neurológicas, como el caso de la depresión, bipolaridad, síntomas negativos de esquizofrenia y Parkinson.

Por su parte, el doctor Alvaro Jeria, dijo que para el estrés se aplica en un mínimo de 5 sesiones durante una semana y posteriormente 1 sesión semanal por alrededor de un mes, “recomendándose también a las personas agregar modificaciones en sus rutinas diarias, como por ejemplo una pausa saludable o hacer una relajación en una jornada de trabajo larga”.

El profesional subrayó que “controlar el estrés, provocado principalmente por el exceso de trabajo, es de primera importancia, ya que disminuye la calidad de vida de la gente y afecta especialmente su memoria y atención, con el impacto que ello puede tener en la funcionalidad de las personas. También comienza a afectar el sueño, genera desórdenes alimenticios eventualmente y problemas en las relaciones interpersonales”, afirmó el especialista.

Ejecutivos, altos directivos y dirigentes son los más afectados

Todos los estudios confirman que el estrés aumenta cada año en el país. A modo de ejemplo, la encuesta Adimark informó que el año 2013 el 34% de los chilenos se declaraba estresado, contra el  22% registrado el 2012. Asimismo, señaló que el año 2013 sólo el 34% de los encuestados declaró tener una vida relajada, contra el 53% registrado el 2012.

Jeria dijo que lo anterior pasa en Chile porque “estamos viviendo una transición cultural muy grande, en el tránsito hacia país desarrollado, lo que involucra tratar de cumplir muy bien demasiados roles, en un ambiente de comunicaciones globalizadas (vemos en un segundo una guerra que ocurre a millones de kilómetros)  y conectados con tecnologías y sistemas que nos sobrecargan e incluso saturan, generándose un gran desgaste y vulnerabilidad ante el estrés”.

Ambos expertos afirman que así como los médicos y profesores, entre varias otras profesiones,  tienen carga de estrés importante, también la tienen quienes ocupan cargos directivos o gerenciales de las empresas de servicios principalmente.

“El nivel de dirección crea un punto de alta exigencia, por lo tanto el cuerpo y la mente del sujeto están sometidos a un estrés mayor  porque tiene que estar decidiendo permanentemente sobre distintas cosas que involucran responsabilidad sobre terceros o mucha gente. Un cargo de gerente de una empresa, alto directivo,  ministro de Estado,  intendente, presidente o dirigente, donde una decisión mal tomada puede significar daños graves para segundos y terceros, pone a estas personas en un estado de alarma, y por supuesto que suelen estar más sometido al estrés” afirma Riquelme.

“También se relaciona con jornadas de trabajo largas e intensas, con exigencias de diferentes tipos orientadas al éxito y búsqueda de bienes materiales, desligándonos bastante de lo que es recreación y calma” manifiesta por su parte el doctor Alvaro Jeria, agregando que “antes las terapias de nuestros abuelos pasaba por sentarse con los amigos a tomarse un café, té y conversar, lo que ya hoy no es muy frecuente”.

Subrayan que este trastorno tiene un alto impacto en la vida profesional, afectando su desempeño, rendimiento, actitud laboral y creatividad de modo importante, por lo que es de primera importancia un tratamiento oportuno.