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Productos orgánicos expanden su oferta y seducen a más consumidores

Hace una década, el fenómeno era apenas conocido, pero con los años el gusto por alimentos libres de químicos y más naturales ha creado un verdadero nicho en crecimiento, que en algunos supermercados ya representa el 10% de los compradores de su sección de frutas y verduras. Mujeres, adultos mayores y familias con hijos con alergias alimentarias destacan entre sus seguidores.

por:  Bernardita Castillo
jueves, 31 de julio de 2014
Productos orgánicos

Cada vez seducen a más consumidores


Foto La Segunda Online

Alimentación a partir de productos más naturales, menos procesados y que no contengan químicos lleva años ganando adeptos en todo el mundo. La tendencia ya está plenamente establecida en ciudades de Estados Unidos como California y Portland, y entre los consumidores de la comunidad europea.

En Chile el fenómeno tampoco es nuevo, pero cada año gana mayor notoriedad.

Hace casi una década, Gonzalo Santos fue uno de los pioneros en hacer de este mercado un negocio con la inauguración de su almacén-restaurante orgánico “La Chakra”, donde quiso replicar lo que había visto en ciudades como California. En esos años el mercado era un nicho muy específico y se reducía a quienes, como él, habían tenido la oportunidad de conocer estos productos en el extranjero y estaban dispuestos a pagar más por ellos. 

Paloma Clunes, administradora de “La Chakra” recuerda que si bien en un comienzo este fue un negocio de élite, poco a poco se ha ido masificando, especialmente los últimos años. “La gente cada vez tiene más información y se ha formado un círculo virtuoso donde las personas se informan más, nacen más tiendas, hay más oferta y también más demanda”, reflexiona.

Paradojalmente, un punto de inflexión importante en este despegue han sido las alergias alimentarias, especialmente de niños. En “La Chakra” han sido testigos de esta realidad. “Hay un grupo gigante de mamás con hijos con alergias a todo, que no pueden comer ni azúcar, ni leche, ni productos derivados de los animales. Si antes venía una mamá al mes con ese problema, hoy son dos al día. Eso es un cambio radical”, sostiene Clunes.

Este boom de los productos orgánicos también lo han notado las grandes cadenas de supermercados. En Jumbo, por ejemplo, cuentan con un equipo especialmente dedicado a este rubro dentro de la sección frutas y verduras, donde el aumento de su demanda ha sido evidente.

“En promedio, del universo de clientes Jumbo, los que compran en el rubro orgánico de frutas y verduras es de cerca del 10% del total. Quienes lo hacen compran algún producto orgánico en promedio 1,4 veces por mes, siendo mayoritariamente mujeres de entre 31 y 50 años, principalmente de Santiago”, detallan en la compañía.

Debido al incremento de este tipo de consumidor, la oferta ha traspasado los supermercados y las tiendas especializadas, alcanzando también al formato de las ferias libres.

Un ejemplo es Ecoferia, creada hace cuatro años en La Reina, donde había una demanda creciente, pero un déficit en la oferta. En este lugar no sólo se realiza un intercambio comercial, sino que se genera una instancia de información y difusión de los conceptos que sustentan la producción orgánica.

“Este consumidor es un cliente informado y más consciente de lo que implica comer productos de estas características. Es una persona que por razones de salud o por su compromiso con el medio ambiente busca productos orgánicos, que junto con ser saludables y más sabrosos, su proceso productivo es amigable con su entorno”, afirma Mónica Erpel, representante de la Asociación Ecoferia La Reina, hasta donde llegan mayoritariamente familias jóvenes con niños y adultos mayores.

LOS MAS DEMANDADOS

Actualmente, en Chile es posible encontrar una amplia variedad de productos orgánicos, tanto frescos como embasados. En Jumbo explican que si bien en la categoría abarrotes estas ventas aún no son relevantes, en frutas y verduras se observa un aumento en las ventas de 52% entre 2013 y 2014.

“En la categoría abarrotes, contamos con un surtido de más de 100 productos tales como té, tortillas, vinagre, miel y aceites, entre otros. Sin embargo, los productos que más han aumentado su demanda corresponden a la categoría frutas y verduras, donde destaca de manera especial el plátano orgánico, la zanahoria, la palta y el cebollín”, señalan.

En “La Chakra”, los más solicitados son el azúcar, las harinas, las leches vegetales, el pan y los vegetales. Su administradora rescata el aumento de proveedores que hoy es posible contactar, especialmente en productos embasados.

En el caso de Ecoferia, los productos frescos recién cosechados son parte de la canasta habitual de quienes asisten a este centro, al igual que los frutos secos, cereales, legumbres y huevos, entre otros. Allí, mermeladas, jugos, productos integrales y tentaciones como los quiches y tartas dulces preparados con ingredientes orgánicos también son altamente apetecidos.

¿POR QUE SON MAS CAROS?

Una de las razones por las que aún este mercado sigue siendo considerado de elite son sus precios. La razón, dicen en “La Chakra”, es que requieren de certificaciones que tienen un alto costo. “Los productos no sólo son caros porque su producción sea costosa, sino porque para poder ponerle el sello orgánico tienes que pagar una importante suma de dinero”, explica Paloma Clunes.

La Ley 20.089 establece las condiciones para la comercialización de productos bajo esta denominación. Una de ellas es que todo producto con rótulo de orgánico, biológico o ecológico debe estar debidamente certificado por una entidad inscrita en el Registro del Sistema Nacional de Certificación Orgánica.

En el caso de los productos importados, éstos han bajado sus precios debido a que los proveedores están accediendo a una gran variedad de marcas y porque empresas que son más grandes pueden acceder a mayores volúmenes y acceder a mejores precios.

En los alimentos frescos la situación es diferente. “El producto orgánico embasado es el que crece, pero el campesino ha ido retrocediendo porque es muy difícil en Chile. Existe tanta normativa, certificación y les ponen varias trabas. Muchos de mis productores amenazan con no seguir cada vez que tienen que renovar la certificación porque es caro y le absorbe todas  las ganancias”, detalla Clunes.

 

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