El lunes 28 se conmemorará bajo el lema “Hepatitis: Piénsalo de nuevo” y la Organización Mundial de Salud busca que la población tome conciencia.
Se dice que la hepatitis es una asesina silenciosa; un millón y medio de personas muere cada año a causa de la hepatitis vírica, la misma cantidad que por VIH-SIDA.
Muchas personas que se infectan no presentan síntomas y desconocen que la padecen, mientras que otro porcentaje tiene manifestaciones reversibles.
La doctora salubrista y coordinadora del Programa de Salud Pública de la facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Central, Nally Baeza Tapia, explicó que a causa de lo anterior, el daño hepático se instala lentamente y es percibido cuando ya es irreversible.
Los tratamientos a esa altura son de mantención y muy costosos, o la persona afectada se convierte en candidata al trasplante hepático.
En el caso de la hepatitis A, la cual se transmite a través de la feca oral, la prevalencia en la población chilena ha ido disminuyendo desde 1997. La tasa actual, según dijo la doctora, está en 4,9 por cada 100 mil habitantes, concentrándose en las regiones de Tarapacá, Arica y Parinacota y Bíobío.
La hepatitis B, producida por contacto con sangre, semen y otros líquidos corporales infectados, se da en 0,15% de la población de edades medias, con mayor incidencia en las regiones de Magallanes, Arica y Parinacota y Antofagasta.
Por otro lado, la hepatitis C, que se da por vía sangre infectada, ha ido en aumento sostenido desde 2010, llegando a 2,5 por cada 100 mil habitantes, donde el 76% de los casos son personas mayores de 45 años, prevaleciendo en Arica y Parinacota y la región Metropolitana.
Chile se encuentra al día en las medidas de prevención y tratamiento, desde mediados del siglo pasado se comenzó a trabajar para tener condiciones básicas de saneamiento.
La disposición de excretas y agua potable sanitizada, son algunas de ellas, lo que ayuda a que seamos un país de baja endemia. Además, en las campañas de donación altruista de sangre se analizan todas las muestras para detectar infecciones.
Desde 2005 se incorporó la vacunación anti hepatitis B en el Programa Nacional de Inmunizaciones (PNI) con una cobertura del 95% en los menores de cinco años. Según la doctora salubristas, los efectos se verán reflejados para el 2026 cuando los vacunados sean mayores de 20 años, edad que empieza a ser de riesgo.
La hepatitis B y C fue incorporada como Garantía Explícita a partir del 2010, poniendo a disposición de los usuarios el uso de antiretrovirales de alto costo.
A pesar de todas estas medidas, en Chile, a juicio de Baeza, siguen faltando campañas de educación masiva para que las personas tomen conciencia de que esta enfermedad es frecuente y tan mortal como el VIH-SIDA.
Es por esto, que la doctora recalcó la importancia de estar atentos a los síntomas: dolor o distensión abdominal, orina turbia y deposiciones de color arcilla o pálida, fatiga, febrícula, picazón, ictericia (coloración amarillenta de la piel o los ojos), inapetencia, náuseas y vómitos, y pérdida de peso.
