En esta época del año, cuando se acerca el invierno y empiezan a bajar las temperaturas, la mayoría de las familias comienzan a calefaccionar sus casas con estufas de distintos tipos, siendo las más comunes las que utilizan parafina o el gas licuado como combustible.

Si bien estos artefactos son muy útiles para soportar el clima invernal, la mayoría de ellos no posee sistemas de evacuación hacia el exterior de los gases emanados, lo que provoca que se acumulen dentro del hogar, alcanzando niveles peligrosos para las personas.

“Cuando se trata de contaminación intradomiciliaria, el mayor riesgo es el monóxido de carbono, que en altas concentraciones puede incluso provocar la muerte”, advierte la Dra. Katherin Falck, Médico Gestor de Calidad de Help, graficando la importancia que tiene tomar conciencia sobre este tema.

Pero además del monóxido de carbono existen muchas otras causas de contaminación intradomiciliaria, que si no se previenen, pueden provocar incluso emergencias médicas. Por eso, la especialista entrega algunas recomendaciones para evitar complicaciones de salud por esta causa:

·         Ventilar la casa diariamente -mínimo 15  minutos  diarios-  aun cuando las temperaturas sean bajas.

·         Evitar usar combustibles como carbón, leña o parafina, pues son los más contaminantes. Si no existe otra opción, se debe tener ventilación permanente.

·         Revisar que los artefactos calefactores estén en perfecto estado, haciendo revisiones técnicas cada temporada. De esta forma se logra que la combustión sea lo más completa posible.

·         Evitar que el calefón esté ubicado en cocinas y baños, procurando que se encuentren en lugares con ventilación permanente.

¿Cómo detectar una intoxicación por monóxido de carbono?

“Cuando se está produciendo una intoxicación de este tipo, los principales síntomas son dolor de cabeza, mareos, náuseas, vómitos, dolor en el pecho y sensación de confusión”, explica la Dra. Katherin Falck de Help, quien hace un llamado a prestar mucha atención a estos síntomas. “Muchas veces los pacientes no prestan mayor atención a las molestias iniciales, hasta que finalmente pierden el conocimiento”, advierte.

El gran riesgo en estos casos es que la sintomatología es muy similar al malestar de cualquier virosis, por lo que las personas en general no contemplan la opción de una intoxicación de monóxido de carbono, y es ahí donde el cuadro puede evolucionar a la inconciencia. Por eso, lo más importante es tomar conciencia de la importancia de la prevención siguiendo las recomendaciones médicas, lo que puede ser complementado incluso con aparatos detectores de monóxido de carbono disponibles en el mercado.