Por Rosario Covarrubias
Psicóloga Clínica
Covarrubias.ro@gmail.com

Así como las empresas tienen muy presente la importancia del clima laboral, las familias deben cuidar el clima familiar. Ambas son sistemas donde las relaciones entre las personas que las conforman, inciden en su salud y en la de cada uno de sus integrantes. 

Me parece interesante considerar el concepto de mejora continua y de clima organizacional para aplicarlos al ámbito familiar.

Sugiero que, al igual que en una empresa, en nuestra familia instauremos el hábito de evaluar cómo interactuamos; cómo nos comunicamos con cada uno de nuestros hijos, como se relacionan entre ellos y que tan cerca nos sentimos de nuestra pareja. Eso conlleva establecer una práctica de conversar con cada uno de ellos por separado y también en conjunto para saber cómo están y como se sienten dentro del grupo familiar, prestando atención a aquellas cosas que funcionan bien para mantenerlas, así como las necesidades afectivas que no estamos cubriendo.

Aunque aparentemente parezca frío el paralelo, si el diagnóstico del clima laboral es importante para el buen funcionamiento de la empresa, con mayor razón es el diagnóstico del clima familiar.

Las personas reconocen el hogar como la principal fuente de bienestar y de contención por lo que es importante cuidarlo.

Algunos Puntos a considerar

• Grado de confianza para expresar lo que realmente piensan y sienten
• Respeto y cuidado hacia cada uno de los integrantes
• Espacio y estimulación familiar  para el desarrollo individual
• Formas parentales de establecer límites
• Calidad, cantidad y diversión en el tiempo compartido

La importancia de hacer una revisión de las relaciones familiares es simple y nos permite enmendar conductas cuando sea necesario y reforzar aquellos comportamientos constructivos que de no identificarlos pueden extinguirse en el tiempo.

El paso del tiempo implica un constante devenir de cambios. Como en cualquier sistema, las cosas no se mantienen en un status quo, o progresan o tienden a deteriorarse. Asumir la importancia de la incidencia que tenemos en el clima familiar y nuestra capacidad para generar cambios positivos es responsabilidad de cada uno.