Los cambios en la rutina de los niños y jóvenes en las vacaciones producen alteraciones en los hábitos de sueño.
Foto Fabián Ortiz/La Segunda
Después de un verano intenso, con muchas actividades y horarios alterados, el regreso a la rutina académica puede ser una experiencia que afecte las primeras semanas de estudio.
“Una mala calidad o cantidad de sueño, produce irritabilidad, somnolencia y una baja en el rendimiento, conductas que se observan en niños y jóvenes en sus primeros días de clase, debido al cambio brusco de entre las vacaciones y el colegio. Las alteraciones de sueño ocurren por diversas causas, entre ellas, las actividades familiares y recreativas que hacen que los niños y jóvenes se acuesten más tarde y que se levanten más tarde también. Por otro lado, existe una razón biológica porque cuando se oscurece aparece la melatonina, una hormona que nos incita a dormir y en verano, como se oscurece más tarde, vamos a la cama más tarde también”, explicó el neurólogoTomás Mesa.
De vuelta a clases, surge el problema de tener que levantarse temprano de un día para otro. “Si no preparamos a los niños y jóvenes un tiempo antes y comenzamos a levantarlos temprano bruscamente, ellos van a estar somnolientos, irritables, con poca concentración, entre otras conductas”, advirtió Mesa.
La recomendación es planificar un periodo de transición antes de ingresar a clases. “La idea es que, si nos estamos acostando a la 01:00 de la madrugada, los deberíamos comenzar a hacer a las 00:00 horas. Hay que hacer lo mismo con la hora de levantarse, si lo hacemos a las 12:00, horas tendremos que hacerlo a las 11:00 y así sucesivamente, hasta que logremos un horario normal”.
El especialista también comentó algunos hábitos que perjudican la calidad de sueño,. “No hay que olvidar la hora de ingesta de la última comida y del consumo de bebidas o infusiones que contengan cafeína, porque si comemos o consumimos alguna bebida estimulante a medianoche, va a ser imposible dormirnos inmediatamente debido a que el cuerpo está en proceso de digestión, algo parecido sucede con la práctica de ejercicios, porque nos quedamos sobre excitados y tampoco es fácil quedarse dormido. Otro aspecto que afecta a los niños de esta época, versus una buena calidad y cantidad de sueño, es el uso exagerado de la tecnología. Las pantallas de tablets, smartphones, juegos de video y televisión estimulan la actividad cerebral. Lo mejor es apagarlos una hora antes si es que se desea tener un sueño reparador”, concluyó el neurólogo.
