Buena Vida
Compartir | | Ampliar Reducir

La importancia de las metas

Es común escuchar que para ser feliz hay que vivir el día a día y que lo más importante es estar en el presente. Sin embargo, esta habilidad debe conjugarse con la capacidad única del ser humano de pensarse hacia un futuro y, por lo tanto, de plantearse metas de desarrollo en distintos ámbitos.

por:  La Segunda Online
lunes, 23 de septiembre de 2013
Por Rosario Covarrubias M.
Covarrubias.ro@gmail.com



La manera más eficaz de progresar es cuando uno se propone alcanzar ciertos desafíos.
Gran parte de las metas por las cuales luchamos son el resultado de la sociabilización que hemos recibido de nuestro medio;  aprendemos  que hay ciertas cosas que se esperan de nosotros.

En nuestra sociedad, por ejemplo, una persona que ha tenido la posibilidad  de recibir educación completa, tiende aspirar  a ser profesional o a obtener una carrera técnica. Es una creencia compartida que un título universitario o técnico profesional  favorecerá en gran medida la obtención de un buen trabajo. 

La sociedad también nos ha enseñado la relevancia de la familia, sin importar la forma como esté constituida y, de este modo, también incorporamos la aspiración de  lograr un hogar acogedor que sea un refugio para cada uno de sus miembros.

Este tipo de objetivos muchos los tenemos, pero las metas individuales requieren de una mayor reflexión y necesitan de algo más que de vivir el presente. Requieren de un cuestionamiento de a dónde queremos llegar, que queremos aprender, que queremos dejar atrás y que queremos para nuestro futuro.

Podemos establecernos metas en distintas áreas; aprender a tocar un instrumento, aprender a dibujar, aprender a utilizar un programa computacional, ser más demostrativos, ser más generosos, aprender a meditar etc…
¿Qué nos aportan las metas personales? Nos permiten dirigir un camino de desarrollo y no estar pasivos frente a la oportunidad que significa la vida. Esto nos permite sentir el poder que tenemos y nos lleva a lograr cosas importantes para nosotros, comprender que podemos evolucionar y que no estamos estancados.

Generalmente la mayor parte de las aspiraciones de las personas giran en torno al ámbito académico, laboral y deportivo; mejorar el promedio, lograr equis proyecto, obtener un determinado puesto, superar una marca. Y, cuando esto ya se ha obtenido, muchos se quedan en la comodidad y se mantienen ahí, sin buscar avanzar. Ahora, idealmente, deberíamos ambicionar un avance en todos los planos de modo que nuestras metas no se enfoquen sólo hacia un objetivo único sino que nos permitan un desarrollo integral, vale decir, espiritual, afectivo, laboral, académico, social. 

Conseguir estos logros nos produce un bienestar profundo y no tiene edad.
Una de las peores trampas en las que podemos caer  a medida que envejecemos, es que “ya estamos muy viejos para tal o cual cosa”, porque estamos limitando nuestro desarrollo. El aprendizaje es una fuente de constante gratificación.

 La búsqueda de objetivos personales nos protege de hacernos permeables a las metas que otros quieren para nosotros como, el consumismo. Hay múltiples intereses que buscan que compremos cosas que no necesitamos y, si no tenemos objetivos propios, cualquier promesa  de satisfacción y felicidad es fácil hacerla nuestra y como no responde a un profundo anhelo  personal, por esa vía no conseguiremos encontrar bienestar.
Queremos conocerte. Por favor, responde esta encuesta.
Redes sociales
Redes sociales
Portada

Cerrar

img