El maltrato en Chile es muy alto, la soledad en la que muchos niños crecen es grande y ¿esperamos que estos niños, cuando lleguen a la media, sean capaces de tomarle el peso a la importancia que tienen sus notas para tomar una decisión de vida? Esto es también una forma de segregación.
"Al subir la ponderación de las notas se les está negando a estos jóvenes cualquier oportunidad de redimir sus errores", advierte Rosario Covarrubias.
Foto El Mercurio
Por Rosario Covarrubias M., sicóloga.
Covarrubias.ro@gmail.com
El año pasado se incorporó el ranking de notas en la ponderación del puntaje de ingreso a la universidad. Para el próximo año, las ponderaciones, si bien variarán en las distintas universidades, todas en general, aumentarán la preponderancia de las notas de la enseñanza media y del ranking de los alumnos, llegando incluso en algunas instituciones al 50%.
Quienes defienden estos cambios plantean que será un sistema más equitativo e inclusivo y que, de alguna forma, permite predecir de manera más efectiva quiénes serán mejores estudiantes en la universidad. Quienes están en contra afirman que perjudica a los alumnos de establecimientos educacionales más exigentes y bien preparados y beneficia a alumnos de establecimientos educacionales de bajo nivel que no cuentan con una buena formación.
Más allá de estos argumentos me parece importante considerar dos puntos:
- La ponderación tan alta de las notas y la inclusión del ranking de posición del alumno en su curso, implica una importante segregación para aquellos alumnos que han tenido una infancia y/o adolescencia difícil y para aquellos jóvenes más inmaduros. Muchos de ellos cuentan con grandes habilidades y destrezas y se ven perjudicados por haber vivido en ambientes disfuncionales, donde no ha habido un adulto que le dé importancia a los estudios y los guíe recalcando la trascendencia que tendrá para su futuro. Esto lo vemos en todos los ámbitos socioeconómicos. Lamentablemente muchos de estos jóvenes no alcanzan a darle relevancia a este tema de forma oportuna, pero hay algunos que en cuarto medio asumen de golpe lo que se les viene y hacen un gran esfuerzo por aprender y superarse, muchos de ellos con éxito. Ahora, al subir la ponderación de las notas se les está negando a estos jóvenes cualquier oportunidad de redimir sus errores, que más que errores fue simplemente inmadurez. Hay una gran diferencia en el desarrollo emocional entre los 15 y los 18 años. A los 18 años los jóvenes en Chile pueden manejar, casarse, son imputables ante la ley, es decir, son cien por ciento responsables de sus actos. Sin embargo, desde los 15 años, se les está considerando como maduros en decisiones que afectarán su futuro. Esto me parece incongruente.
- El establecer un ranking entre los alumnos del mismo curso generará una mayor rivalidad entre ellos, privilegiando el éxito personal en desmedro de fomentar el compañerismo y la cooperación.
Así como es fundamental nivelar la educación en cuanto a los estratos socioeconómicos del país, es esencial considerar los contextos psicológicos en los que crecen nuestros niños. El maltrato en Chile es muy alto, la soledad en la que muchos niños crecen es grande y ¿esperamos que estos niños, cuando lleguen a la media, sean capaces de tomarle el peso a la importancia que tienen sus notas para tomar una decisión de vida? Esto es también una forma de segregación.
