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Columna: Crear vínculos, una cura para la soledad

"La soledad prolongada en el tiempo es demasiado dolorosa para esperar que se resuelva sola y es, además, una apuesta peligrosa porque de no hacer cambios puede que incluso se acentúe", señala nuestra columnista, la psicóloga Rosario Covarrubias.

por:  La Segunda Online
lunes, 15 de julio de 2013
Por Rosario Covarrubias M.
Covarrubias.ro@gmail.com 
 

Cuando se habla de soledad se la puede mirar desde diferentes ángulos

· La soledad como un espacio y una instancia buscada de reflexión, de descanso del bullicio exterior. Como un tiempo indispensable para que las personas se miren a sí mismas y los caminos que están recorriendo.

· La soledad como la falta de una pareja.

· La soledad como la sensación de que no hay vínculos, de que no se es importante para otras personas y al mismo tiempo, de que nadie es tan importante para sí mismo. Las interacciones cotidianas se ven como parte de un engranaje donde el individuo  desempeña un rol. Es en esta percepción de la soledad en que hoy me estoy centrando porque cada vez aparece este problema con más frecuencia como motivo de consulta.

Muchas personas  que se sienten solas, día a día van a su trabajo, se relacionan con los mismos compañeros, sin mantener con ninguno una comunicación que vaya más allá de contenidos laborales y de algunas anécdotas. Regresan a sus casas y perciben la falta de un vínculo, no logran tener relaciones satisfactorias. Encontramos personas que se sienten así tanto viviendo solas como acompañadas.

Los que viven solos tienen la esperanza de que, en la medida que encuentren  pareja, esa sensación se diluirá. En aquellos que viven con familias se suma el dolor ante la incomprensión de porqué estando acompañados se sienten solos.

Probablemente todas las personas  en alguna oportunidad se han sentido solas, pero es una sensación que tiende a ser pasajera  y que en muchos casos puede ayudar a valorar las relaciones y los vínculos con la familia, los amigos o compañeros,  buscando cuidarlos. Ahora, cuando esta percepción de  desconexión con los otros se prolonga en el tiempo, es necesario ser muy valientes y mirar la soledad de frente,  intentando comprender qué lo ha llevado a  estar en ese estado, con el objetivo de buscar formas para enfrentarla.

La soledad prolongada en el tiempo es demasiado dolorosa para esperar que se resuelva sola y es, además, una apuesta peligrosa porque de no hacer cambios puede que incluso se acentúe, corriendo el riesgo de que de a poco se vaya gestando una depresión.

No hay una formula única de enfrentar la soledad porque las razones que llevan a ella son muy distintas para cada persona. Sin embargo, hay aspectos que pueden ser útiles de tener en cuenta.

 Las personas cuando sufren, vuelcan su atención sobre sí mismas, es decir, suelen ponerse más egocéntricas, por lo que al estar con otros tienden a perder un poco de espontaneidad, bloqueando,  muchas veces, la fluidez de la conversación.  Los que son capaces de darse cuenta de la situación, con esfuerzo, pueden revertirlo, cambiando el foco de la atención hacia la persona que tienen al frente.

Muchas personas se refugian en la televisión y conexiones virtuales, que encubren el problema. Este tipo de estímulos  sólo conduce a una gratificación inmediata, a una sensación de sentirse acompañados que hace que se aplace el esfuerzo por hacer los cambios que se requieren para darse la oportunidad de generar vínculos reales con otras personas.

Para quienes les es difícil conocer a otras personas es importante que tengan en cuenta  que, incluso en el caso de ser rechazados, acercarse a otros con fines amistosos, es un logro, y deben sentirse orgullosos porque están saliendo del statu quo en el que se habían mantenido y donde las cosas no cambian por sí solas.

Encerrado en la casa difícilmente se presentarán nuevas oportunidades. La forma de ampliar el círculo es participar en agrupaciones de personas que compartan intereses como deportes, hobbies, cocina, fotografía,  etc.

En el caso de aquellas personas que viven con sus parejas o familias, me parece aconsejable que busquen apoyo externo,  comprendiendo que la familia es un sistema donde cada miembro afecta al grupo y donde a la vez, la relación entre todos afecta a  cada uno de sus integrantes. Realizar algunos cambios, ya sea individuales tanto como a nivel familiar, genera modificaciones importantes en todo el grupo y por supuesto en cada uno en particular.

Es esencial diferenciar la soledad de la depresión. Esta última se puede dar de formas muy distintas pero generalmente está acompañada de desesperanza, ideas negativas de sí mismo, del futuro, desmotivación y falta de sentido de la vida.

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