Aquí las patologías más comunes que pueden afectar a los trabajadores.
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Pasar más de ocho diarias trabajando trae consigo una serie de enfermedades, que los trabajadores muchas veces desconocen. Es por este motivo que Carlos Gómez, profesor de Prevención de Riesgos de la Universidad Santa María, explica cuáles son las enfermedades laborales más frecuentes a la cual se expone la gente.
Estadísticas y estudios realizados en los últimos 5 años indican que en orden decreciente las enfermedades más recurrentes son: enfermedades musculo-esqueléticas; laringopatías; dermatitis, salud mental e hipoacusia.
Respecto a los motivos que generan estas enfermedades, el docente manifiesta que “cada una de ellas se encuentra asociada a distintas actividades, pero es una tendencia que se mantiene con una leve variabilidad. En general las causas son distintas, pero lo que es común es la poca información e importancia que se asigna, a todo nivel, debido a que tienen efectos crónicos, manifestándose después de un período de tiempo considerable de exposición al agente o ejercicio de la profesión u oficio. Se debe hacer una distinción entre la frecuencia que se presentan dichas enfermedades, con la gravedad de éstas. Sin duda la silicosis, hipoacusia y lesiones musculo-esqueléticas son las más importantes”, dice Carlos Gómez.
Sobre si existe conciencia dentro de las organizaciones sobre este importante tema, el docente es claro en señalar que “en algunas empresas líderes en estas temáticas existe conciencia e interés, pero en otras con menos recursos, por ejemplo micro, pequeña y mediana están más preocupados de sobrevivir como organización que en invertir en estos temas, lo cual en alguna medida es justificable”, dice el profesional, quien además agrega que “por lo anterior es muy importante el apoyo real y oportuno de las mutualidades respectivas, con evaluaciones cualitativas y cuantitativas de los procesos y puestos de trabajo”.
En cuanto a la prevención de estas enfermedades, el experto explica que “la prevención se puede hacer de distintos frentes, pero cada caso es diferente, esto se puede resumir en: capacitación de los trabajadores, incluyendo supervisores y altos mandos; inversión en tecnología en la empresa; formación en temas de salud ocupacional en los comités paritarios; intercambio de tecnologías y experiencias exitosas en otras empresas en prevención de accidentes y enfermedades profesionales; contratación de asesores expertos en higiene ocupacional y ergonomía; conocimiento y actualización de la legislación en dichas materias”, dice Gómez.
Respecto a años anteriores, el profesor manifiesta que se ha ido avanzando en esta problemática. Sin embargo, aún faltan instancias de participación donde se de a conocer este importante tema.
“Debemos establecer mejores estándares, pero lo principal es cumplirlos, no solamente por un requerimiento legal por temor a multas o clausura de la empresa, sino por un compromiso ético y valórico de quienes dirigen las organizaciones. Se debe estar a la altura de los tiempos para que los trabajadores se sientan comprometidos, valorados y orgullosos de su empresa. No existen empresas exitosas con trabajadores descontentos, sino por el contrario, trabajadores motivados en empresas líderes del mercado”, finaliza el docente.
