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¿Por qué se pierde la visión con la edad?

La degeneración macular se estima afecta al 6% de los adultos mayores de 60 años en el mundo.

por:  La Segunda Online
lunes, 15 de abril de 2013
vista

Foto El Mercurio

La degeneración macular (DMRE) asociada a la edad es considerada como la principal causa de discapacidad visual en mayores de 55 años en países industrializados  y la 3ª de la disminución de la visión a nivel global. Dado el envejecimiento progresivo de la población se estima que el número de personas afectada por esta enfermedad probablemente se duplique para el año 2050.

Según aclara la doctora Rebeca Vega, Oftalmóloga de Puerta del Sol, la DMRE es una enfermedad degenerativa progresiva, que afecta a la mácula, que es la zona central de la retina. La retina es el tejido nervioso sensible  a la luz que delinea la parte interior del ojo. Todas las partes de la retina contribuyen a la visión, pero la mácula, ubicada en la parte más posterior del ojo, se caracteriza por presentar la mayor concentración de conos,  que son los fotoreceptores responsables de la visión diurna y de la visión de colores, determinando  la visión central, que permite al ojo percibir detalles finos y pequeños, leer, reconocer caras, enhebrar una aguja o conducir. Cuando la mácula no funciona correctamente, las áreas del centro del campo visual empiezan a perder nitidez, volviéndose turbias y borrosas.

 La DMRE es una enfermedad multifactorial, y su causa exacta permanece en gran medida desconocida, implicando complejas interacciones de factores genéticos, ambientales y metabólicos. Entre los factores de riesgo está la edad, ser de raza blanca, tener ojos claros, el tabaquismo (que aumenta 3 a 4 veces el riesgo de adquirir la enfermedad), la exposición a la radiación solar, la hipertensión arterial y una dieta baja en vitaminas y antioxidantes.

Esta afección ocurre en dos formas, la seca o atrófica y la húmeda o exudativa. La forma seca se caracteriza por depósitos amarillos llamados drusen que se acumulan en la región macular y van produciendo atrofia de la retina. Se produce en alrededor del 90 % de los pacientes. La forma húmeda, que afecta al 10% de los pacientes, se acompaña de vasos sanguíneos anormales que crecen por debajo de la mácula, los que filtran líquido y sangre conduciendo rápidamente la formación de una cicatriz fibrosa, con destrucción devastadora del tejido nervioso de la mácula. La forma seca, usualmente más benigna, se puede transformar en húmeda en 10% de los pacientes.

Síntomas y Tratamiento

Los síntomas son disminución de visión central en el ojo afectado, posible distorsión, caracterizada por curvamiento de las líneas, o aparición de una mancha negra en el área de visión central. En etapas avanzadas esta patología genera dificultades  para realizar actividades que requieren una visión fina, como leer, escribir, manejar y reconocer rostros, factores claves para funcionar en forma independiente en  la vida cotidiana.
 Según aclara la oftalmóloga de Puerta del Sol, no existen todavía tratamientos que prevengan la aparición de la enfermedad. “La suplementación vitamínica puede ser beneficiosa para algunos pacientes con la forma seca. Para la forma húmeda los tratamientos con drogas antiangiogénicas han podido detener la progresión y en algunos casos recuperar visión”, aclara.

Estos tratamientos ofrecen mejores resultados en las etapas precoces de la enfermedad, cuando no se han inducido daño irreversible del tejido nervioso retinal.  Por ello, es fundamental que las personas sobre los 50 años, que noten alguna alteración en su visión central, se realicen un control oftalmológico ya que es posible evitar la progresión de la enfermedad si se la detecta a tiempo y se realiza el tratamiento oportuno. En mayores de 60 años se recomienda un control anual, con o sin síntomas.

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