Las fiestas pirotécnicas de fin de año alteran y asustan a los canes, en especial a los de razas como Poodle, Cocker y Beagle.
Los perros tienen una sensibilidad auditiva tres veces superior a la del ser humano, viéndose afectados por los intensos ruidos provocados por los fuegos artificiales. Este bombardeo auditivo les provoca susto, y reaccionan con agresividad, constantes aullidos, incontinencia urinaria e incluso algunos prefieren fugarse del hogar.
Las celebraciones, y especialmente los fuegos artificiales les provocan miedo y un alto nivel de estrés. Este temor se explica por su alta sensibilidad ante estímulos sonoros intensos.
La audición de los perros se diferencia de la del humano por su gran capacidad para captar sonidos a altas frecuencias. Pueden captar hasta 60.000 ciclos por segundo - tres veces la densidad de ondas que captan los humanos - gracias a lo cual perciben sonidos que para el hombre son imperceptibles.
Esta capacidad auditiva viene desde sus ancestros caninos, los lobos, que consiguieron agudizar su oído para captar las ondas de ultrasonido que emitían los roedores, sus principales presas.
La médico veterinario, María José Castro, de mascotasonline, explica que entre las razas más susceptibles a reacciones nerviosas están “los Poodle, Cocker y Beagle”.
Para evitar toda esta tensión que sufren los regalones en estas fechas, existen en el mercado tranquilizantes que adormecen a la mascota y también productos naturales que las calman sin adormecerlas ni hacerles perder la conciencia.
Una alternativa natural son los medicamentos elaborados en base a valeriana, passiflora y melissa, que no hacen dormir al animal, sino que sólo lo calman. Algunos contiene L- Theanina, un compuesto derivado de la hoja del té verde que favorece la liberación del neurotransmisor dopamina, vinculado al placer y la felicidad.
Este tipo de solución natural debe ser suministrado durante la semana del evento, en este caso del Año Nuevo; y con la misma regularidad cuando se quiere emprender un viaje o para disminuir la angustia si se queda solo en el hogar durante las vacaciones de sus dueños.
