Por otro lado, el alcohol puede ser irritante gástrico por lo que la sumatoria con fármacos puede desencadenar una gastritis de mayor intensidad.
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Este 18 son muchos los que consumen gran cantidad de alimentos y alcohol, desconociendo los riesgos que esto conlleva para la salud, especialmente en aquellos que ingieren medicamentos.
“La interacción entre ellos, en algunos casos, puede potenciar el efecto y en otros hacer que se acumulen, pudiendo alcanzar niveles de toxicidad”, explica Fernando Torres, académico de la Escuela de Química y Farmacia de la U. Andrés Bello.
“Por otro lado, el alcohol puede ser irritante gástrico y múltiples medicamentos también lo son, por lo que la sumatoria de ambos puede desencadenar gastritis de mayor intensidad”, advierte el profesional.
Reacciones adversas
En dosis altas, el alcohol y medicamentos pueden ser una combinación altamente peligrosa. Por ello, es importante conocer qué tipo de medicamentos pueden interactuar con las bebidas alcohólicas, para evitar complicaciones. “Algunas reacciones descritas son inmediatas y el paciente puede presentar náuseas, vómitos, debilidad, confusión, disminución de su presión arterial”, dice.
Estos efectos se producen con algunos antibióticos y excepcionalmente también puede observarse con otras drogas.
También la asociación alcohol-medicamentos puede provocar aumento de los efectos de estos últimos. “La situación se ha observado con psicofármacos como las benzodiazepinas, antidepresivos y relajantes musculares en que se potencian los efectos depresores de ambos, también con algunos vasodilatadores coronarios, hipoglicemiantes orales (fármacos para tratar la diabetes), anticoagulantes orales donde aumenta el riesgo de hemorragias”, subraya el académico.
Es importante destacar, sugiere el experto, que si una persona está en tratamiento con antiinflamatorios e ingiere además alcohol en demasía, puede presentar hemorragias digestivas.
“La ingesta de alcohol en conjunto con antialérgicos (Loratadina, clorfenamina, cetirizina) puede provocar mareos y somnolencia, aumentando el riesgo de sobredosis y causar además accidentes”, agrega.
Desde el 15 de marzo de 2012 rige la Ley Tolerancia Cero al Alcohol, normativa que busca disminuir la irresponsabilidad de conducir bajo la influencia del alcohol o en estado de ebriedad y reducir el número de fallecidos y heridos en accidentes de tránsito por esta causa.
La nueva ley establece como rangos de alcohol en sangre los siguientes valores:
Bajo la influencia del alcohol 0,31 a 0,79 g/L (antes: 1,5 a 0,99 g/L).
En estado de ebriedad: más de 0,8 g/L (antes 1,0 g/L hacia arriba).