El médico Arturo Borzutzky, pediatra de la Universidad Católica de Chile e investigador adjunto del Instituto de Inmunología e Inmunoterapia (IMII), realizó importantes hallazgos sobre el origen de una extraña y grave enfermedad llamada deficiencia de DOCK8 o síndrome de hiper-ige autosómico recesivo, que genera infecciones recurrentes y dermatitis atópica severa, pudiendo ocasionar la muerte de los pacientes. 

Los resultados de esta investigación, que se inició el año 2007 durante su estadía en Boston, en la Universidad de Harvard, fueron recientemente publicados en la revista internacional Nature Immunology, la más prestigiosa en esta área. Según explica el científico, mediante la utilización de células de estos pacientes, se descubrió que en ellos existía una deficiencia de la proteína DOCK8, lo cual a su vez generaba una alteración en la producción de anticuerpos y linfocitos B, gatillando una situación de inmunodeficiencia.

Alteración en proteína

Desde que nacemos, nuestro cuerpo desarrolla un conjunto de estructuras y procesos biológicos que nos ayudan a protegernos contra enfermedades, infecciones y la presencia de agentes nocivos. Así, gracias a estos mecanismos se pueden identificar las células patógenas para luego ser atacadas y neutralizadas. Sin embargo, en ocasiones el sistema inmunológico reacciona de manera adversa, ya sea por una baja en las defensas o bien, porque se desarrollan anticuerpos que atacan al propio organismo.

Ante esta realidad, los estudios determinaron que DOCK8 estaba involucrada en la producción persistente de anticuerpos, que son de vital importancia para la defensa ante virus, bacterias y otros elementos patógenos. Sin embargo, la presencia mutada de esta proteína, tendría efectos negativos en la inmunidad, generando esta enfermedad que, a la fecha, ha sido diagnosticada en no más de 50 personas a nivel mundial, cifra en la cual no se registran chilenos. No obstante, el médico señala que existe una clara situación de subdiagnóstico. “Se trata de una enfermedad nueva, que fue descrita el año 2009 y probablemente, hay muchos más niños que la padecen, o bien se presume que existen algunos pacientes que ya han muerto por esta causa y sin saberlo. La verdad es que su diagnóstico es muy especializado”, relata.

Nuevas terapias

Producto de este hallazgo, el experto indicó que un gran objetivo a futuro, es poder desarrollar una herramienta terapéutica que permita modular esta proteína y los linfocitos B y así, revertir los efectos negativos de ésta y otras patologías. Esto, ya que por el momento la única alternativa curativa que existe es el trasplante de médula ósea.

 “Nuestros descubrimientos sientan las bases para que uno pueda tratar a niños con problemas en la producción de anticuerpos. Por otro lado, se puede pensar que en enfermedades autoinmunes, caracterizadas por la producción de anticuerpos contra el mismo organismo –tales como el lupus-, se podría intervenir y bloquear estas vías de señalización celular, para medir la producción de estos elementos”.

Respecto a los resultados del estudio, el científico se muestra optimista ya que para él, conocer con exactitud como funciona DOCK8 permitirá planificar nuevas terapias para pacientes que tengan inmunodeficiencia.  Para estos fines, indicó que también resulta importante lograr identificar cómo y porqué los linfocitos B producen anticuerpos que son anómalos y originan los ataques contra el propio organismo.

Descubrimientos en inmunidad

El especialista en inmunología, alergia y reumatología, indicó que gracias a los estudios se pudo determinar una vía de activación fundamental en el sistema inmunológico humano, logrando identificar a DOCK8, como un enlace entre la inmunidad innata y la adaptativa. “La inmunidad innata es la primera línea de defensa del cuerpo y las respuestas iniciales del organismo frente a un agente externo, pero no tiene memoria, y no se logran respuestas al largo plazo”, señala. En cambio, la inmunidad adaptativa crea respuestas específicas y con memoria contra diversos microrganismos, que sirve para combatir, por ejemplo, el virus de la varicela o el del papiloma humano, entre otros. 

Dicho descubrimiento, señala que unos receptores, llamados TLR,  y que censan microrganismos como parte de la inmunidad innata, podrían estimular la activación de linfocitos B, los que a su vez producen anticuerpos. Sin embargo, las vías de señalización que conducían estas señales no estaban claras hasta ahora, luego de los hallazgos.

Por todo esto, especialista explica que los resultados expuestos en Nature Immunology, constituyen un gran aporte a la ciencia básica mundial, ya que en él se entregan conceptos importantes sobre el funcionamiento del sistema inmunológico en general,  así como en cuanto a la inmunidad innata extensa, y la alteración  en la producción de anticuerpos y respuestas inmunológicas.