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Embarazo adolescente y deserción escolar, un problema real en Chile

Según cifras del Serman, en nuestro país son 39.000 las niñas que han dejado los estudios escolares por razones de maternidad.

por:  La Segunda Online
viernes, 01 de abril de 2011

Un día de otoño, Tamara, una adolescente de 15 años con un embarazo de siete meses, llega hasta el policlínico de un hospital del sector sur de Santiago. La abuela, madre y hermana de esta joven también fueron madres antes de los 19 años, las dos últimas trabajan sin contrato para mantener la casa, mientras Tamara cuida a su sobrino de cuatro años.

La joven paciente no está asustada con el embarazo ni parto, ella sabe cuidar un niño y hacerse cargo de él, más bien esta contenta de tener “su” hijo y poder formar su propia familia. El padre del bebé es un adolescente de 17 años, que estudia y por las tardes trabaja en el taller mecánico de su tío para poder “ayudar”. Tamara sabe que tendrá que posponer sus estudios, pues no tiene quien cuide al bebé. No hay colegios con sala cuna en su sector, no puede estudiar en la nocturna ya que aún no cumple los 16 años y de seguir estudiando sabe que sólo será hasta cuarto medio.

En nuestro país son 39.000 las niñas que han dejado los estudios escolares por razones de maternidad, según cifras del Sernam. A esto se suma que por cada 30.000 niñas que deja el colegio por maternidad, sólo son 1.000 los varones que lo abandonan. Esta es la realidad de gran parte de las adolescentes embarazadas, que provienen principalmente de las familias de menores ingresos y menor escolaridad, explica la doctora Lilian Carrasco, gineco-obstetra y académica de la Facultad de Medicina de la U. Andrés Bello.

Embarazos recurrentes

“Cuando el embarazo adolescente se produce en una familia con mejores medios, habitualmente la joven continua sus estudios, e incluso sigue a la educación superior sin embarazarse nuevamente. Estas realidades muestra descarnadamente cuan desigual es la sociedad chilena", dice la experta. Quién agrega que en este tipo de embarazos hay un claro aumento de posibilidades de parto prematuro, bajo peso del recién nacido y la morbilidad neonatal. Además los síndromes hipertensivos del embarazo son más frecuentes en mujeres menores de veinte años.

El problema es complejo, por lo cual la prevención también lo es, subraya la académica, quien sostiene que para evitar el embarazo adolescente se debe fortalecer las familias, mejorar el ingreso familiar, educar a los padres, prevenir de consumo de drogas y alcohol, evitar la deserción escolar, educación valórica y sexual a los adolescentes, mejorar el acceso privado a anticoncepción, entre otros aspectos importantes.

“Para evitar la deserción escolar es prioritario, dice la ginecóloga, contar con salas cuna idealmente al interior de los colegios o en lugares cercanos a los establecimientos educacionales más vulnerables, prevenir el segundo embarazo, mejorar la autoestima de estas jóvenes y fortalecer un proyecto futuro”, asegura la doctora Carrasco.

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