Realizado por alumnos de la Carrera de Periodismo de la Universidad de Desarrollo.
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información @Empresa El Mercurio S.A.P., editor del diario La Segunda.
Por Mathias Meier y Cristián Dávila
Fue estudiando Educación Física que conoció a su marido Mauricio Olagnier. Hoy tienen dos hijos: Sebastián de 15 años y Dominique de diez.
Ambos comparten las labores domésticas. Si es necesario, es Olagnier quien lleva los niños al colegio o a otras actividades. Y es él quien hoy está atento a cada llamada que pueda recibir Provoste en su teléfono personal y quien organiza sus reuniones. Olagnier trabajaba en el Ministerio de Educación hasta que su esposa fue nombrada ministra de esa cartera el 2006. Debido a ello fue trasladado a la División Técnica de la JUNJI, donde trabajó hasta agosto del año pasado.
El retorno a la actividad política de su esposa ha potenciado aún más este rol de apoyo. “Como su esposo yo soy capaz de entender lo importante que es para ella este nuevo paso”, afirma escuetamente, argumentado que prefiere no emitir opiniones sobre su vida privada.
SU ENTRADA A LAS GRANDES LIGAS
Ya graduada trabajó asesorando al Sernam. Pero fue en 1997, durante el gobierno de Eduardo Frei, que Provoste debutó en las grandes ligas políticas: con apenas 28 años fue nombrada gobernadora de Huasco. Durante esos años conoció al ex Presidente Ricardo Lagos, quien era ministro de Obras Públicas, y desde el comienzo se convirtió en una especia de “protegida” suya, por su buen desempeño en labores de emergencia en la zona.
Provoste no decepcionó a Lagos. Y así cuando fue nombrada, primero Intendenta en la III región y luego su Ministra de Mideplán.
Con Bachelet, sigue su carrera política en alza y es nombrada ministra de Educación, pero a fines de 2007 comienzan también los problemas...
Fue en una entrevista en televisión que se le preguntó por el resultado de sus puntajes en la PAA. Ella, sonriente, contestó “más de 600 puntos”, cuando en realidad había obtenido 508 en Verbal, 554 en Matemáticas, 555 en la específica de Historia y Geografía, 486 en Biología, 456 en Ciencias Sociales y 489 en la específica de Matemáticas. Luego de aquella declaración, su compañero de partido, el DC Gabriel Ascencio, reveló a los medios los puntajes dejando en evidencia que Provoste había faltado a la verdad.
Comenzaba el peor momento para la ex ministra.
Dos meses después, en febrero del 2008, un informe de Contraloría acusó a Provoste de negligencia debido a irregularidades en el pago de subvenciones escolares en el Ministerio de Educación. El monto del desorden administrativo ascendía a los 260 mil millones de pesos.